CRÓNICAS Y REPORTAJES

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Sábado, 26 de abril de 2014

VISITA A O CEBREIRO
Santa María A Real do Cebreiro

     Este año volvemos a O Cebreiro; es muy bueno el recuerdo que nos quedó de la visita del pasado año. Hoy la diferencia es notable. No hay nieve. El sol luce esplendoroso sin una nube que lo moleste y los tonos verdes de los montes llenan la vista de colores y matices. Te presentan una belleza muy difícil de definir. Yo diría que la grandiosidad te llena el alma al mismo tiempo que sientes tu pequeñez.

     En el Santuario, recabé información sobre la Pila Bautismal de granito, y de una sola pieza, que siempre llamó mi atención por su enorme tamaño. Data del siglo IX y los Bautizos se celebraban por inmersión hasta el siglo XII, en que se cambió al rito actual. Podemos admirar el Cristo de San Damián, copia de un icono del siglo XII.

      Salimos de La Coruña un grupo de 31 personas. En el trayecto hasta Lugo hicimos una parada en el restaurante Torre de Núñez, para desayunar. Muy bién atendidos. Esta pausa nos hace el camino mas corto. Visitamos la Catedral donde, por privilegio de la Santa Sede, en el Altar Mayor siempre está expuesto el Santísimo en su hermosa Custodia, presente para la oración de los fieles durante todos los días del año. La Virgen de los Ojos Grandes y la hermosa sillería del Coro, nos llenan de admiración. Creo que hoy en día, no me canso de decirlo, pocos artesanos de la madera son capaces de llegar a imitar con su arte éstas tallas tan admirables.

     Desde el paseo por la Muralla Romana puedes contemplar la ciudad. Limpia, recogida y sin el desagradable ruido del tráfico. Esos muros de pizarra, redondeados y erguidos en su grandeza, por algo son Patrimonio de la Humanidad. No puedo expresar mis sentimientos al pisar la arena que forma parte del pavimento de ésta maravilla romana desde hace más de 2.000 años.

     Llegamos a O Cebreiro sobre las tres. Nos estaba esperando un abundante y riquísimo cocido de la tierra. Dimos muy buena cuenta de los sabrosos manjares y del postre: queso de la zona, con carne de membrillo, filloas con miel, café y licores. Todo acompañado de un buen vino tinto. Estos gallegos de Galicia nos sabemos cuidar muy bien. Temperaturas bajas = comidas ricas en calorías, que ayudan a soportar las temperaturas extremas y que sientan muy bien.

     Entramos en una Palloza, con su techo de paja sobre el soporte de grandes troncos de madera. El piso bajo, con su cocina o lareira. Un corral para el ganado, al lado de un fuego apagado, y la parte superior donde está el dormitorio. Los inviernos son muy duros y largos. En la Palloza, el señor que nos la enseñó dijo: Solo en Julio y Agosto, hace calor. Los demás meses del año “tienen permiso para nevar”.

     Bajamos acompañados de un viento Nordeste, muy frío, hacia Triacastela, donde visitamos su iglesia. Seguimos hacía Sarria, donde descansamos un buen rato a la orilla del río, tomando algo que ayude a digerir la copiosa comida. Un ambiente lleno del rumor del agua y de la sombra de altos y frondosos árboles. Por cierto, hay un contencioso de los vecinos y el Ayuntamiento por la tala del arbolado. Esperemos que sigan ambientado el bonito paseo.

     Regresamos a casa unos minutos antes de las diez. Todo perfecto.

     Un afectuoso saludo.

Maria Rosa Garcia
Alférez Mayor de la OCMP
Vda. de Venancio Lafuente.

 

 

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