NUESTRA CIUDAD


Espacio para la publicación de artículos sobre La Coruña, con una extensión no más allá de dos páginas y con temas inéditos de actualidad, informativos, descriptivos de nuestra urbe, anecdóticos, y si son históricos sólo hallazgos.

Los artículos se enviarán a

contacto@ordendecaballerosdemariapita.es

 

daremos acuse de recibo, serán publicados el mismo día de su recepción. Un comité de selección de textos estimará los que en virtud de su calidad permanecerán por tiempo indefinido.

* * *

HOMENAJE
A LA TORRE DE HÉRCULES

 

Por su reconocimiento como
Monumento Patrimonio de la Humanidad

Foto de José Luis Vázquez Iglesias
cedida por el
Instituto de Estudios Torre de Hércules

La OCMP felicita efusivamente a todos los que se sienten coruñeses, de forma especial a las autoridades y al IETH por su denodado y persistente esfuerzo.

¡¡ E N H O R A B U E N A !!

* * *

19 de julio de 2012

LOS CASTROS
Y LA DEFENSA DE LA CIUDAD EN 1589

       Se ha escrito mucho sobre el Cerco que los ingleses pusieron a nuestra ciudad en el año 1589, odisea que ha significado una de las gestas más recordadas de nuestra historia local y de la que siempre se ensalza la proeza de una mujer coruñesa: María Pita.

       Está suficientemente relatada la toma de la Pescadería, la quema y destrucción de sus casas, iglesias y hospitales, así como el asedio a las murallas de la ciudad alta, en la que estaba refugiada la población y la heroica resistencia de la misma.

       Pero lo que menos se recuerda es la forma en que la expedición inglesa, comandada por el almirante Francis Drake y el general Henry Norris, llega hasta nuestras puertas e intentan tomar esta ciudad.

       Sabemos que era una poderosa armada, “que lo más de çiento y treinta velas asomó junto al castelo de Hércules”, que pretendía invadir España, tanto como represalia por el ataque anterior de nuestra armada “Invencible”, cuanto por el deseo de llegar a Portugal y elevar al trono al pretendiente don Antonio, Prior de Crato, protegido de Isabel de Inglaterra. Sabemos también que se trataba de un contingente de unos veinte mil hombres, que desembarcaron primeramente en Betanzos y en Sada, continuando los navíos hacia la bahía coruñesa, evitando acercarse a la costa para no ser alcanzados por el fuego de nuestros escasos defensores. También, que se hizo replegar a los ingleses por el interior hacia el Pasaje, por el conocido como monte das Pedreiras. Asimismo se sabe que se derribaron cuatro arcos del puente de O Burgo para cortar el camino por la antigua calzada romana.

       Pero solamente intuimos el como cruzaron los arrabales, llegaron hasta las murallas y entraron en la Pescadería. En esa intuición, creemos que la zona de Os Castros fue testigo directo del paso de las tropas inglesas. Si los soldados de a pié venían desde Betanzos por O Burgo y por los altos de Eirís. Si las tropas que venían por mar apartaron de las Ánimas y del fuerte de San Antón, para dirigirse a la otra orilla y desembarcar en el arenal de Santa María de Oza, con catorce lanchas y varios escuadrones –se dice que Norris echó a tierra, entre cuatro y cinco mil hombres por dicho arenal- y si las tropas coruñesas, al mando del capitán Troncoso y el sargento mayor Luis de León, con ciento cincuenta arcabuceros, trataron de contenerlos en el Puente Gaiteiro, podemos suponer que su paso por Os Castros fue, seguramente, el elegido para entrar en la ciudad. Y también, muy probablemente, se produjeron en esa zona los encuentros y escaramuzas entre los defensores venidos de las ciudades de Santiago y Betanzos, enviados por el conde de Altamira y el de Andrade, para ayudar a nuestro Gobernador, el Marqués de Cerralbo.

       El resto de la historia es ya conocido. Derribaron las puertas de la ciudad, a la altura de la actual plaza de Mina, arrasaron la Pescadería y pusieron cerco a la ciudad vieja, convirtiéndola en una “ciudadela”. Cerco y asedio que duró unos diez días, hasta que, en aquella desesperada defensa, un tiro de arcabuz quitó la vida del sargento Gregorio de Rocamonde, y su mujer, con rabia y coraje, se arrojó contra el alférez enemigo y de un tajo le segó la vida, arrebatándole el estandarte inglés. A partir de aquel hecho, las tropas enemigas comenzaron la definitiva retirada y así nació la leyenda de la heroína coruñesa María Pita.

Vicente Iglesias Martelo          
Maestre de Mérito de la          
Orden de Caballeros de María Pita

 

PUERTO EXTERIOR
EN PUNTA LANGOSTEIRA

Foto cedida por la Autoridad Portuaria

* * *

7 de octubre de 2011

FESTIVIDAD DE
LA VIRGEN DEL ROSARIO,
PATRONA DE LA CIUDAD DE LA CORUÑA

       Como en años anteriores, y van ya veinte, los Caballeros de la Orden de María Pita, acompañaron a las Autoridades Municipales, presididas por el Sr. Alcalde D. Carlos Negreira, desde el Palacio de María Pita, en su camino hacia el Convento de los Padres Dominicos, en donde se venera a Nuestra Patrona, la Virgen del Rosario.

        Una hermosa alfombra de flores, con los motivos alegóricos a éste entrañable día, en el que muchos coruñeses celebramos con devoción ésta fiesta, se extendía ante la puerta principal del Palacio, obra de los entusiastas directivos de la asociación “Faro de Monte Alto”.

       Desde hora muy temprana, se repiten las ofrendas a la Virgen del Rosario, por entidades y asociaciones coruñesas, sumándose a ellas, como una más, la de la Corporación Municipal.

       Es un hermoso día otoñal, lleno de luminosidad, el que nos acompaña hasta el Templo, lleno de devotos que esperan el inicio de la Santa Misa, presidida por el Arzobispo de Santiago, acompañado de sacerdotes de la Diócesis Coruñesa.

        La Presidenta de la Cofradía del Rosario, nos recuerda la bondad de Nuestra Madre y su declaración de amor, hacia todos sus hijos, a los que guía e ilumina, en ésta larga tradición que se transmite desde cientos de años, de padres a hijos, orgullosos de ser representantes de toda La Coruña, nuestra querida Ciudad, que se recuesta en el mar. Te ofrecemos la sonrisa de nuestros niños y el amor de nuestros mayores y de nuestros enfermos. Te rogamos también, que conserves en nuestros corazones, los valores de la fe y el amor hacia nuestros semejantes.

       Madre nuestra: La Cofradía del Rosario de La Coruña, siempre fiel a tu devoción, te suplica nos protejas a todos, bajo tu manto. Amén.

       Don Julián Barrio, arzobispo de Santiago, contesta a la oferente con claras palabras, saludando a todas las autoridades. Hermanos y hermanas, nos reunimos en oración ante ti. Nuestro corazón lleno de esperanza, proclama la Grandeza del Señor. Siempre atenta a las necesidades de los hombres, intercedes por nuestra fe, por nuestros temores tan humanos. Eres María, madre de Jesús, quien guarda Su palabra, que nos envías convirtiéndose en nuestra guía. Tu devoción nos alienta y nos lleva al amor del Padre, a la vida y a la verdad, a la convivencia, a la justicia y a la caridad.

       Santa María, Virgen del Rosario, te pedimos tu protección, ante tu Hijo, la paz, el amor y el pan de cada día. Ayúdanos a todos nosotros y a tu querida Ciudad de La Coruña. Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios,” vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.” Amén.

       Terminada la Santa Misa, el coro de la Sagrada Familia, entona el himno de la Coronación de la Virgen, nuestra Patrona, que acompañan todos los presentes puestos en pie.

       Los Caballeros de la Orden de María Pita, acompañan a la comitiva Municipal, de regreso al Palacio. Gran cantidad de público presencia y acompaña con aplausos el paso de las vistosas banderas, la Guardia en traje de gala, la Milicia Armada y todos los acompañantes, que a los compases de la Banda Municipal de música, se retiran al Palacio.

       Un afectuoso saludo.

       

María Rosa García
Vda. de Venancio Lafuente

* * *

Con sentido común

(Radio Líder, 3 de octubre 2011)

SOLIDARIDAD CÍVICA O CRISTIANA

       Hay infinidad de ONGs que desarrollan su actividad en los lugares más diversos del mundo, en aras de una solidaridad exótica y lejana. Algo así como si quisiéramos acallar la conciencia con hacer pero no ver.

       No tenemos que alejarnos del lugar en que vivimos para encontrar personas que carecen de lo necesario para sobrevivir; carencias que existen en la parte trasera de nuestro lugar de trabajo, en el barrio que atravesamos para llegar a casa o en una estrecha travesía que no conduce a ninguna parte.

       Sufren esta situación personas de otros continentes influenciadas por el efecto llamada, provocado por gobernantes irresponsables y permisivos pero no solidarios; quienes han perdido su trabajo; los que no perciben prestación social alguna; marginados sociales sometidos a drogodependencias; enfermos, mendigos, transeúntes, familias deshechas,..

       Todas las instituciones que trabajan en este ámbito -confesionales o no, públicas o privadas- están sobrepasadas por el creciente número de personas que cada día se incorporan a esta legión de marginados: Caritas, Cocina Económica, Cruz Roja, Hogar de Sor Eusebia, El Refugio, etc.

       La Asociación Benéfica Renacer auxilia a los más necesitados entre los necesitados de La Coruña: ayuda para evitar un desahucio, corte de luz o de agua; compra de libros de texto, alimentos, medicamentos; ofrece una cama, ropa. Simultáneamente facilita la caña de pescar para que quienes recurren a su ayuda recuperen la dignidad mediante el trabajo: cursos de formación, apoyo en la búsqueda de empleo, clases de español, afecto y compañía,...

       Un grupo de voluntarios anónimos colabora de forma alegre y desprovista de cualquier interés, desde hace 25 años, para que cada día un ramillete de personas pueda seguir creyendo en la esperanza de que existe un mundo mejor: José, Feliciano, María, Guillín, Miguel, Juan, Josiño, Feruz,...

       El alma mater de Renacer no necesita ningún aplauso para sí mismo, porque su compensación es íntima y de otro mundo; sin embargo el Estado ha otorgado a Renacer el Premio Nacional al Voluntariado, como reconocimiento a su labor social desarrollada en sus 25 años de existencia, que le será entregado por los Príncipes durante el desarrollo del Congreso Estatal del Voluntariado en La Coruña entre los días 22 y 24 de noviembre.

       Los coruñeses podemos sentirnos orgullosos de Renacer y debemos ser solidarios con su tarea y generosos con nuestra ayuda, ya fuere por solidaridad cívica o cristiana, porque muchos conciudadanos necesitan nuestra ayuda y Renacer sabe multiplicarla generosamente.

Alfonso García López
Caballero de la OCMP

* * *

6 de julio de 2011

SI LO BUENO ES BREVE… PUES, MEJOR

       Suele decirse que “lo que mal empieza, mal acaba”. No se dice nada de la oración inversa, sin duda; por desear, que si algo empieza bien, lógico es, que acabe de la misma forma.

       De lo que no se dice casi nada, o que, por lo menos no suele andar en la boca de las gentes aunque sea un hecho contrastado, es que es muy fácil empezar las cosas y muy dificultoso el terminarlas.

       Ahí tenemos las guerras, por ejemplo, a las que se acude al pronto; enardecidos, con moral de victoria y entonando cánticos patrióticos… de las que se sale, mas mal que bien, difícilmente, decepcionado, casi siempre mutilado, sin fecha fija y con el disgusto de dejar tras de si, solamente, muerte, miseria y destrucción.

       Y si no bastase el anterior modelo, ahí tenemos el amor, a cuya llamada acudimos espoleados por ese enamoramiento indefinible, que no es otra cosa que una mezcla de ilusión, ansia de posesión, deseo enmascarado… que nos obnubila y nos subyuga.
       Y tras esta fase, cuando nos damos cuenta de que ello era, una fútil ilusión, o un mero devaneo, que difícil es romper falsas promesas y desligarse del amor fallido.

       Y aún más: se parte hacia el exilio con rapidez y sin pensarlo por que alguien nos pisa los talones. Se regresa con pereza, cuando se ha establecido nueva vida y habremos de recomponer la que dejamos.

       Pues bien; todo este preámbulo para decir que habíamos encajado pero que muy bien el estallido -con sordina- de los llamados Indignados; acaecido el “15 M”; que quiere esto decir, que nos apremia la fecha ya lejana del 15 de Mayo, nada menos.

       Venía muy elaborado, muy pacifico; y muy posiblemente inspirado mitad en el “Mayo del 68” y mitad en el estribillo aquel del cantar de la Transición, que decía “libertad sin ira…”

       Empezó, como una acampada juvenil-senecto y con el amago de un grito, aderezado de frases inteligentes y casi todas con respuesta; las cuales, alguien, tendrá que dar algún día.

       Los que peinamos canas, nos llenamos de estupor. Nuestro recuerdo retrocede y se va ya, tan atrás, que nos sitúa ante un claro, abierto y trágico enfrentamiento. Por ello veíamos con simpatía que alguien repitiera en clave de sol, entre otras, la reivindicativa y ocurrente frase, de “que había poco pan, para tanto chorizo”

       Los indignados o los acampados, como gustemos llamarles, nos traían un mensaje y lo emitieron. El mensaje tenía que llegar al oportuno y adecuado foro y llegó. Por que el tema estaba, bien replanteado. Había unos emisarios plenos de indignación. Unos claros remitentes. Y nosotros, portadores de numerosos avales.

       Pero…el tiempo va pasando y queremos preguntarnos ¿y ahora que…?

       Porque la respuesta que nos viene a la mente, es que no se puede veranear en el Cantón Grande, la zona mejor y mas soleada de La Coruña, gratis.
       Y si lo hacemos, que sea en unos apartamentos adecuados de aluminio acristalado, en vez de casamatas, que si bien sirven para un camping de fin de semana, que no lo sean para que acaben rebajándoles a ellos los usuarios y a los coruñeses, en su propia dignidad. Y, lo que sería peor, desmereciendo lo que empezó por ser la justa pretensión, de una rendición de cuentas, en un gran fiasco; ya que solo una línea tenue, separa lo sublime de lo odioso.

       Y si no, aunque resulte perezoso levantar el campo como damos por supuesto en nuestro preámbulo, yo opino que es bueno tirarse de una vez a la piscina; recoger los bártulos y hacernos soñar que la coherencia se ha impuesto y que la solución está en camino. Y que nuestra Ciudad, La Coruña vuelve a su estado de revista.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

25 de mayo de 2011

UN DIA PARA EL RECUERDO

       Le prometí al nuevo Maestre la continuidad de mi colaboración en lo que respeta a las incursiones en la página Web de la Orden y heme aquí cumpliendo mi palabra como corresponde a un Caballero.

       Todo va seguir igual, ya que para mí, esto es una evasión, aunque la diferencia de este suelto con mis anteriores, últimos, radique en que en ellos vertía mi frustración por los acontecimientos –ajenos a la Orden, por supuesto- de todos conocidos y en éste, quiero hacer un canto de optimismo al último encuentro celebrado, si Dios no lo remedia, hasta octubre, Fiesta de la Virgen del Rosario y celebración de los Juegos Florales en honor a Sofía Casanova.

       Por ello, después de darle un repaso a la Capa y guardarla entre naftalina –esto es un decir- pensé que lo que procedía era sentarme ante el ordenador y dar rienda suelta a las emociones concentradas en los actos celebrados con motivo de las Investiduras de nuevos Caballeros.

       Diré que mi ánimo iba favorablemente predispuesto tras otro acto dedicado días anteriores a la Función del Voto.
       Y ello porque al cabo de siete años de mi ingreso en la Orden, ésta fue saludada por primera vez y agradecida su presencia en la persona de sus directivos, no por su Gran Maestre, retenido en casa al parecer por una dolencia pasajera, sino -aunque es lo mismo- por la persona delegada, que era su primera Teniente Alcalde.

       Pero bueno; vayamos al templo –demasiado oculto, quizás- de la Venerable Orden Tercera y situados a la sombra secular de su magnifico retablo barroco, con atisbos renacentistas y marcada influencia portuguesa; labrado en buenas maderas y sobredorado con oro fino, obra de Domingo Antonio de Paredes en el año 1777, recreemos la presencia de los Caballeros Electos y la esencia del acto en el que apadrinados por investidos, expresaban su deseo de integración y juraban con solemnidad los Estatutos de la Orden de Caballeros de María Pita.

       No estaban solos ciertamente ya que a todos les acompañaban sus familias las cuales vibraban al influjo de las palabras de exhortación del Maestre o al de las notas armoniosas de la masa coral amenizadora del acto que por su rito a la antigua usanza -los soldados de escolta, la vela encendida, la espada y el pendón como figura principal- rememoraba las pompas medievales.

       Nueve nuevos Caballeros vienen a engrosar la familia, tras ser recibidos con cariño, porque si ahora lo son por nombramiento antes ya lo eran de naturaleza.

       Y después del acto emotivo, reseñado a vuela tecla, vino el relevo de la nueva Junta de Gobierno con la jura y toma de posesión del actual Maestre, José Vilasánchez Hermida.
       Con él, del que solamente por deferencia se cita su nombre, por exceso de divulgación de la Junta de Gobierno en escritos en papel y en la página Web, juraron sus cargos los restantes Caballeros miembros nombrados en el último Capítulo extraordinario y que le acompañan en esta nueva etapa. A todos les deseamos gran acierto.

       Y no podíamos omitir sin cometer un acto de Ingratitud a los que cesaron estatutariamente tras un período de fecundo trabajo y éxitos en la gestión de la Orden, de los cuales la figura rectora principal –anterior Maestre- fue nuestro compañero, el Caballero Vicente Iglesias Martelo y a quienes expresamos también, nuestro agradecimiento.

       Todo fue perfecto, ya que como complemento de lo reseñado están la ofrenda en el Cementerio de San Amaro ante la Cruz de los Olvidados; la ofrenda en el Castillo de San Antón bajo los acordes del adagio de Albinoni, en memoria de los defensores de La Coruña; la ofrenda ante la Casa de María Pita y el Cóctel con que fuimos obsequiados con los nuevos Caballeros y sus invitados, en el refectorio del Colegio de los PP. Dominicos.
       En cada una de las ofrendas, se depositó una corona de laurel con las cintas de España y Galicia, exceptuada la del Castillo de San Antón, que fue arrojada al mar.
       Y como acto final, la cena de hermandad celebrada en el Sporting Club Casino de la Coruña, que como siempre, resultó brillante y amena.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

28 de abril de 2011

LA CALLE COMO REFERENCIA

       Como tú el otro y el de más allá, amigables lectores, yo formo parte de esa ingente masa de personas que asisten expectantes a una dramática y forzosa representación.
       Representación, que en vez de tener lugar en un recinto acotado donde todo está bajo control, consecuencia de la redacción de un impecable Plan de Emergencia y Evacuación, se contempla y se vive en régimen de libertad; o sea, por la calle; en donde cada cual entre supuesto espectador y obligado actor secundario, tiene opción a actuar con entera libertad pero… bajo la subliminal influencia de un invisible Gran Hermano.

       Y al decir la calle, nuestra observación nos lleva a la deducción de que a ésta, a donde salimos para socializarnos a la par que nos oxigenamos, lo hacemos portando todas nuestras inquietudes. Optimismo o pesimismo cuando toca Y euforia o decaimiento cuando estos se producen. Y abundando en el razonamiento, digamos que nuestras preocupaciones, nos acompañan de forma permanente aún en contra de nuestra voluntad.
       Por eso hoy y siempre, la calle es un formidable indicador de ambiente.

       No hace mucho tiempo que ésta era un hervidero de gente y de ilusiones. Gente generalmente joven, agresiva y suficientemente preparada –eran los llamados JASP- dinámica, bien trajeada, con media melena peinada al desdén y con zapatos lustrosos; y que pertrechada de un portátil o de un portafolios acharolado de Louis Vuittón bajo el brazo y enseñoreada del espacio, caminaba a paso largo hacia los Centros de gestión inmobiliarios; de la Banca o la Administración; o hacia los Concesionarios de automóviles.
       El tiempo importaba, porque el tiempo era oro añadido, o por que había que llegar antes que la competencia a fin de conseguir el sitio; el crédito necesario; o la obligada licencia. O simplemente el último modelo de 4 x 4 para mantener en plena efervescencia y desarrollo, un plan fastuoso e inédito. Plan cuya visión de campo nos dejaba perplejos y que mientras duró –seamos sinceros- nos situó en un limbo delirante e inalcanzable.

       Y bueno; se echó la noche encima y nos sumió en esta nebulosa o, en esta “brétema” que los gallegos quizás encajemos mejor con nuestra filosofía y cuyo tropiezo yo califico de lección práctica; por creer que pudo ser un acicate para aquella pléyade de nuevos y jóvenes ejecutivos, que como flamantes armados caballeros dieron fe de su preparación y que hoy, aparte de emprendedores en ciernes son además la simiente para nuevas y ojala, que próximas aventuras.

       Y como consecuencia de la caída del telón de este primer acto, hoy la calle y su entorno, convendremos en que no es la misma. Pues ha perdido la alegría para dejar paso a una prudente desconfianza.
       La gente hoy, tiene menos prisa -¿prisa para que? si se desvaneció el sueño- camina más despacio, aunque preocupada sin llegar a la bohemia. Ya las manos que hoy no portan las mentadas herramientas, se entrelazan a la espalda, plasmando la genuina imagen del desocupado.

       Ya no nos esperan los Bancos y Cajas, si no es para recoger nuestro dinero. La Administración no tramita, más que un número limitado de licencias. Las agencias inmobiliarias han cerrado en un inevitable efecto dominó… Y los medios informativos con sus noticias de ERES y consiguientes paros, inseguridad económica y fraudes financieros, se pueblan cada día de mensajes agravantes; la entronización de preocupantes e inusuales hasta hace poco, conceptos casi desconocidos como hiper inflacción, recesión, y deflacción entre otros, nos sumen en la actitud del que puede ser víctima del diluvio; llenos de inquietud y de un “canguelo” mal disimulado.

       Y para mayor fastidio, planeando sobre nosotros, los pronósticos de los agoreros, la sentencia de que aún falta lo peor, y que marcaría el alzado del telón de lo que pudiera ser el temido efecto con música de tango, llamado “corralito”

       Porque en el ancho mundo globalizado, las gentes aún siguen preguntándose ¿dónde canastos estará hoy el monto del dinero? Si realmente estuvo alguna vez en sitio honesto y si no se confundió con las relucientes monedas de chocolate que tanto gustan a los niños y que acaban derritiéndose por un calentamiento accidental.
       Digamos no obstante, que la sola mención del dinero, al igual que un nuevo sol, mientras duró, alumbró pasadas glorias y satisfizo viejas ilusiones.

       Porque la raíz de los males económicos y el desarme financiero mundial, yo diría que no está la minucia claramente sustraída y que se achaca a un número finito de reconocidos defraudadores.

       Y así, por la calle seguiremos hasta el fin de la representación en un tablado imaginario. Hasta que el inefable Crispín, el personaje inventado por D. Jacinto Benavente para su obra “Los Intereses creados” avance hacia las candilejas dando la espalda al telón de boca, para soltar antes o después la mítica y conocida frase: “He aquí el tinglado de la antigua farsa”.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

9 de marzo de 2011

LAS MUÑECAS RUSAS

       A don Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, conocido por Francisco de Quevedo, político y escritor satírico y burlón, se le atribuyen muchos despropósitos. Cierto es, que su vena ocurrente daba pie para estas conjeturas; lo cual no desdecía en absoluto de su fama acreditada.

       Refiérese –no sé si será cierto, pero así ha circulado- la demostración que en su época le hizo a un contertulio sobre el sentido y la veracidad de las palabras del idioma hispano “no hay” y “hay”.
        Y para ello, se revistió de un pantalón de caballero en el cual, de los dos bolsillos laterales, uno tenía el forro nuevo, como debe ser y el otro tenía solamente la abertura lateral.

       Dicen –repito- que invitó primero a su oponente a que metiese la mano en el bolsillo nuevo, el que evidentemente estaba vacío. Con lo cual quedó ratificado, como que no había nada, quedó ratificado el “no hay”
        A continuación repitió la invitación al mismo, para que metiera su mano por la abertura del otro bolsillo; cosa que hizo y que al tropezar ésta con un cuerpo extraño, soltó sin poder reprimirlo, un ¡Ay! que fonéticamente, sonó a un “hay”.
        Con lo cual Quevedo salió una vez más, pero que muy airoso del trance.

       Pues bien; con las matrioskas o muñecas rusas, esas que los incipientes viajantes exhibían igual que un trofeo y que hoy se adquieren en cualquier bazar, viene a suceder lo mismo. Las tomamos en la mano, y por el peso y el sonido consecuente a su agitación, nos parece que “si hay”.
        Destapamos la primera y resulta que si, que hay, pero… lo que encontramos dentro es otra más pequeña. Y así sucesivamente, hasta que llegamos a la última en que ya no hay; aunque la física nos contradiga diciéndonos que si que hay; y que el contenido es una leve dosis de aire, más o menos respirable.

       Pues bien, una simple asociación de ideas nos traslada imaginativamente, al tema no resuelto todavía, de las Cajas, esas mismas tan supuestamente nuestras de cada día, desde hace muchos años y hasta que su muerte nos separe.

       Realmente el proceso es similar a los previos ejemplos planteados, porque también nosotros hemos exhalado un ¡Ayyy…! interminable, cuando la malsana –mala follá que diría un andaluz- e irremediable crisis, actuó de “cuerpo extraño”; resultando que “no había” y que “no hay” lo que entre todos igual que en el cuento de “La hormiga y la cigarra” habíamos cimentado en el tiempo, cuando la política no era, lo que es.

       Y como en el caso de las matrioskas, también hemos asistido a la la apertura y cierre progresivo –entiéndase aquí el cierre más que la apertura, los laboriosos acuerdos, los difíciles nombramientos, las fusiones, los cambios más menos afortunados de nombre, los condicionantes impuestos desde órganos rectores superiores- y seguimos asistiendo al suspense que entraña el no saber, lo que encierra la última muñeca.

       Porque también aquí y ahora se da el caso de que, al igual que en los melones no acertaremos a conocer su calidad, hasta que el melón se raje y acabemos por probar su contenido. O hasta que la última matrioskas no nos deje al descubierto, sus intimidades.

       Pensemos para atemperarnos, que Francisco de Quevedo sin saber de Economía, tendría una respuesta más o menos fácil, pero determinante, para resolver el caso.
        Dicen sus biógrafos que no rehuyó nunca el debate. Y que poniendo sobre la mesa, sus argumentos, los defendió con ahínco.
        En este caso por ejemplo, a lo peor, tendrá que cambiar la Economía por la Escatología, que también, termina en “ía”.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

11 de febrero de 2011

LO QUE VA DE ANTEAYER A HOY

       Lo anteriormente publicado en esta misma sección, con fecha de 15 de setiembre de 2010, por mi buen amigo, el Caballero de OCMP Alfonso García López, bajo el título “Las Cajas de Ahorros en Galicia”, tema que él conoce muy bien y que su primer párrafo yo copio textualmente, me sirve para hacer una breve y afligida reflexión. Comenzaba diciendo:

       “Las Cajas aparecieron en España a comienzos del siglo XIX generalmente vinculadas a labores pías de la Iglesia. En el año 1839 el Jefe político de La Coruña trasladaba al Ayuntamiento el interés del Rey por crear una Caja en la Ciudad…en bien de la clase menesterosa… en cuyo beneficio refluyen… la instalación de las Cajas de Ahorros”

       Tras advertir que los subrayados son míos, me permito echar mano de mis recuerdos infantiles, para invocar aquellas “casas de empeño o montes de piedad” en las que las clases a las que alude mi amigo, se valían del recurso de las mismas, para salvar las contingencias dinerarias. Y lo hacían por el procedimiento de empeñar objetos mobiliarios, -a veces el colchón- si se trataba de familias muy menesterosas, o alhajas y recuerdos familiares, si los interfectos eran los llamados, pobres vergonzantes.

       Cierto que los de anteayer, eran otros tiempos en que –se me ocurre- ese compendio de virtudes que hoy en un afán de simplificación llamamos “valores” estaban… muy consolidados.
       Seguro que los unos y los otros, salvando las diferencias de clase, eran de otra forma. Los unos, rescatando pertenencias antes de vencer los plazos. Y los otros, considerando casos separables, para que la institución “el monte” no perdiera su apellido y, con éste, su espíritu fundacional.

       Y cierto también que entonces la diferencia entre una Caja y un Banco era notoria. A una caja se llevaban los dineros para su custodia o se le pedían según el caso, a cambio de un módico interés. Y en un Banco se metían o sacaban los dineros, casi siempre para negociar.
       Y así como el Banco siempre fue una entidad que imponía respeto por su severidad y por su facultad para hacer uso de la ley del embargo, la Caja –a mi, por lo menos- me resultó más cercana y familiar; hasta el punto de que yo, en algún momento, en mi ansia de aferrarme al espíritu que inspiró su creación, he llegado a sentirme como … condueño de la misma.

       Pero… anda el tiempo y con el ayer llegan muchas cosas en tropel: el uso ya no de la letra pequeña, si no el abuso de la letra microscópica, llegan las tarjetas de crédito, las comisiones galopantes, la globalización, el euribor, que sube y sube… las hipotecas que ahogan a las parejas jóvenes que tratan de formar un hogar, se descubre la existencia de los coches de alta gama y de los yates; llegan los productos –decían- de rentabilidad garantizada; aquello de, “viaje primero y pague después”, las vacaciones en Punta Cana… y “con ello, llegó… el escándalo” asociado a la crisis financiera y finalmente el desastre.
       Y si os digo la verdad, a partir de aquí llegué a sentir, con un enorme vacío, la sensación de que la Caja ya no era mía. ¡Que no, que ya no me pertenecía! ¡Que yo había dejado de ser copropietario!
       Ya eran otros los amos, los encargados de gestionarla… de aquella manera.

       Y como ultimo acto de esta especie de tragedia griega, llegamos al hoy, cargado de incertidumbres, que es precisamente, con la desconfianza, lo que alienta a la economía de crisis y sus tribulaciones.
        Llega el desplome y con él la laboriosa fusión, que es como un refrito de confusión, difusión, transfusión, infusión, y perfusión, que ya no está vinculada a las labores pías ni sirve para la clase menesterosa.
       Reconocido que estamos en la peor crisis de la historia, no queda más recurso, que apretarse el cinturón.
Y hoy, aunque conozcamos a los que la gestionan, ignoramos quienes son en realidad, los verdaderos dueños.
       ¿El Banco de España, tal vez? ¿El Banco Central Europeo? ¿El Fondo Monetario Internacional? ¿Los mercados? ¿Los Gobiernos turnantes?...
       ¡Nosotros, los impositores, desde luego, no!

       Y volvemos con la incertidumbre. ¿Qué pasará? ¿Se bancarizará? ¿Se nacionalizará? ¿O por fin, se racionalizará?

       Un día, Nacha Guevara cantaba aquello: “No llores por mi Argentina, mi alma está contigo…”

       Porque lo que estamos deseando es que alguien –en singular o plural- racionalice el sistema y que a continuación, a los cuatro vientos, nos revele el resultado.

       Resumiendo: Después de pasear “nuestra ciudad” en la que las múltiples obras presagian aún más embellecimiento, deseamos poder acostarnos y dormir de un tirón toda la noche, sin despertar sobresaltados en mitad del sueño.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

3 de enero de 2011

ERASE UNA VEZ…UN NUEVO AÑO

       Al filo de un año que acaba y otro que comienza, como si la bajada y subida del telón presagiara una representación dramática, así nos encaramos con una obra que bien podría titularse “Kaput, al estado de bienestar” Entendiendo que el estado de bienestar casi lo define la Organización Mundial de la Salud cuando dice más o menos que, “el estado saludable, es aquel en que confluyen las óptimas condiciones físicas y psíquicas en el individuo”

       Y no nos va a servir de nada, que “nuestra Ciudad”, La Coruña, A Coruña, Crunia, Marineda, Ciudad Cristal… –el nombre es lo de menos- sea para nosotros la mejor y la más bella. Porque los pueblos, las ciudades las naciones… están configuradas por personas, que en teoría más o menos, colaboran, se ayudan, empujan en la misma dirección y no se agreden ni física ni dialectalmente.

       Perdonad mi pesimismo, pero estamos en un momento álgido. Estamos en un punto de la curva incierto y necesitados de que algo o alguien nos devuelva el optimismo.
       ¡No nos engañemos! Las perspectivas para el año que comienza son, si no desoladoras, por lo menos inquietantes. Y el caso es que puedo asegurar que ni tú, ni yo, ni el vecino de enfrente, ni la legión de gente sin trabajo que lucha para subsistir, habremos hecho nada para llegar a esta psicosis de impaciencia e intranquilidad, cuando no, que los hay, a la desesperación.

       Nos aterra ya solamente, el anuncio de la subida de los precios de esto y de lo otro, máxime si esas subidas, pueden actuar como desencadenante en la carestía de todo lo demás.

       Yo recuerdo tal vez por que soy “viejo” y aún no me falla la memoria, aquellos jornales de los años 40 y 50 del pasado siglo, que oscilaban alrededor de las 30-40 pesetas diarias. Con estos recursos, los mortales iniciaban la trabajosa escalada que culminó en lo que andando el tiempo pasó a llamarse “estado de bienestar”, entonces desconocido.
       Cuando no había lavadoras y el Estado inauguraba lavaderos públicos como hoy se inaugura una autovía.
       Cuando se cogían los puntos a las medias, antes de tirarlas por inservibles.
       O cuando se daba vuelta a las chaquetas de los trajes de forma que el bolsillo superior o del pañuelo, tenía que quedar forzosamente hacia el lado derecho.
       O cuando en una familia numerosa –no existía la televisión- la ropa de los hijos iba haciendo la ruta del mayor al más pequeño, hasta que se hacía trizas.

       Aquello fue algo parecido a un éxodo en el que todos, o casi, ayudamos a hacer el recorrido.
       Había que hacer dos cosas: ir saliendo del pozo en que estábamos metidos después de aquella guerra y configurar la clase media, hoy en grave riesgo de desaparición.

       Costó un enorme sacrificio el llegar hasta la cima. Nos creímos dueños del Mundo y cuando nos sentíamos los más felices de la Tierra, resultó que, por obra del egoísmo, del afán de lucro y de la corrupción, todo se derrumbó; no como un castillo de naipes, si no, como una torre de Babel.

       ¿A dónde llegaremos? ¿Tocaremos fondo algún día? ¿Tenemos realmente ansias de resolución? ¿Cuántos quedarán o quedaremos en el camino, en el intento de lograr la ansiada regeneración?

       Nos dicen los expertos que las crisis, son cíclicas; que se repiten cada no se, cuantos años. Pero… si lo sabemos ¿por obra de quien suceden? ¿Volverán a sufrirla los que hoy duermen en la cuna arrullados por el mimo y el cariño de sus progenitores?

       Razón tenía Antonio Machado cuando en sus versos decía aquello: “Españolito que vienes al Mundo, te guarde Dios”

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

15 de septiembre de 2010

LAS CAJAS DE AHORROS DE GALICIA

       Ayer empezó la última fase del proceso de fusión de las cajas gallegas, que pone fin a una etapa de largas y duras negociaciones, durante las que se han esquivado rumores e incertidumbres, y los partidos políticos han incurrido en errores de bulto, cambios de rumbo y precipitación. Lo mejor: consecución de un objetivo imprescindible y conveniente para Galicia; el tiempo dirá si, además, fue suficiente.

       Las cajas aparecieron en España a comienzos del siglo XIX, generalmente vinculadas a labores pías de la Iglesia. En 1839 el Jefe Político de La Coruña trasladaba al Ayuntamiento el interés del Rey por crear una caja en la ciudad "... en bien de la clase menesterosa ..., en cuyo beneficio refluye ... la institución de las cajas de ahorros".

       La Asociación de Amigos del País apoyó la iniciativa: el 8 de octubre de 1842 el Gobierno aprobaba el Reglamento de la Caja y el 8 de enero siguiente se presentaba la nueva entidad en el Teatro Nuevo. Cada domingo abría sus oficinas en el bajo de la Casa del Capellán de las Hermanas Capuchinas de la calle Panaderas.

       Los nombres de los coruñeses que formaron parte de sus juntas directivas y de los que fueron impositores, nos sugieren que su actividad fue provechosa para la ciudad.

       El Decreto regulador de las cajas de 29 de junio de 1853, las vinculaba al poder público: sus recursos excedentes se depositarían en la Caja General de Depósitos. La desconfianza de los impositores hacia la gestión pública provocó la retirada masiva de fondos en todas las cajas y, consecuentemente, los préstamos desaparecieron. En 1854 la Caja carecía de actividad; desapareció definitivamente en 1862.

       En 1876 surge la Caja de Ahorros de La Coruña (nada que ver con la anterior), como sección del banco Sociedad Anónima de Crédito Gallego (1875-1905). A partir de 1944 (fusión con la Caja de Lugo) inicia un largo proceso de absorciones: cajas de Ferrol, Santiago y Provincial de Lugo; cajas rurales de La Coruña, Pontevedra, Orense y León y parte de la red de los bancos Fomento, Urquijo y BNP-Paribas.

       Caixanova surge en el año 2000, cuando Caja Vigo (1880) absorbe a las provinciales de Pontevedra y Orense.

       Larga vida para la nueva entidad: que su gobierno se distinga por la independencia de criterio frente a directrices políticas y localismos trasnochados y mezquinos. Que la prudencia, sin merma de la eficacia, presida su funcionamiento.

Alfonso García López
Caballero de la OCMP

* * *

1 de septiembre de 2010

LA ORQUESTA SINFÓNICA DE GALICIA

       Los coruñeses podemos sentirnos orgullosos de la OSG, consolidada tras más de 18 años de existencia y el generalizado reconocimiento de su calidad en los ambientes musicales.

       Aunque algún político haya manifestado que es divertimento de una minoría elitista, su trabajo durante estos años demuestra todo lo contrario: el Palacio de la Ópera se llena en cada concierto de la temporada oficial, de un público entusiasta y diverso; sus actuaciones populares por los municipios de toda la provincia son acogidas con entusiasmo; realiza una magnífica labor de difusión de la música clásica a través de los conciertos didácticos y familiares, durante la temporada escolar; la Orquesta Joven, en sus diez años de existencia, ha hecho una labor de formación y promoción de jóvenes instrumentistas gallegos, digna de encomio.

       Hay que añadir sus actuaciones en países como Austria, Alemania, Italia (Festival de Pésaro entre 2003 y 2005), Uruguay, Argentina, Chile, Brasil y diferentes ciudades españolas; haber acompañado a instrumentistas y cantantes de prestigio mundial; creación de los Coros -de adultos, jóvenes y niños-, Orquesta de Cámara, Festival Mozart, etc.

       El conjunto de los campos en los que se desarrolla su labor redundará, sin duda, en beneficio de la ciudad, de los coruñeses y de los gallegos, en general: la ciudad de La Coruña será muy diferente en cultura y sensibilidad cuando, dentro de unos años, los niños y jóvenes que hoy asisten a sus conciertos, sean adultos y padres de familia.

       ..., pero... De vez en cuando surgen declaraciones extemporáneas de políticos ignorantes que siguen creyendo que la música clásica es para ricos y privilegiados -¡enorme error y desconocimiento de la sociedad!-; se somete a comparación con otras iniciativas orquestales; se regatean de forma rácana y partidistas las ayudas públicas,..

       La pasada semana se produjo un hecho lamentable e inoportuno -tanto por el momento, como por la forma y el lugar-, protagonizado por uno de sus instrumentistas más destacados, que anunció su despido como Director artístico de la Joven Orquesta, al finalizar un concierto que había dirigido, desde el escenario y con olvido de que su primera obligación es la formación de jóvenes valores.

       La Orquesta Sinfónica de Galicia ya forma parte del patrimonio cultural de los gallegos y como tal tenemos que tratarla todos: políticos, componentes y el público.

Alfonso García López
Caballero de la OCMP

* * *

26 de julio de 2010

HE AQUÍ EL DILEMA

       La prensa de nuestro país y por supuesto la de Galicia y La Coruña, -ciudad que me trae de calle y para la que deseo todo lo mejor- nos acerca cada día con más asiduidad las fotografías de urbanizaciones levantadas en los tiempos del jolgorio del ladrillo, ¡espléndidas! –aparentemente por lo menos, aunque sin saber si sus tabiques son de cartón piedra- destinadas a la demolición.
       Y si se demuelen -del verbo demoler- será porque alguna instancia superior, así lo ha decidido.
       ¡Ah!; pero es que si se construyeron, también lo fue, por que otras instancias superiores, pero distintas, así lo permitieron.

       Y yo, ciudadano sencillo, normal, discretamente neutral, no político, porque se dice “que un político es capaz de convertir un mondadientes en un sacacorchos” y yo sería negado para hacerlo, lo que hago es santiguarme y mascullar alguna jaculatoria aprendida de pequeño.

       Decía mi abuela materna cuando aludía a un despropósito “vaya por Dios; no tenemos para libros pero compramos estampas”
       Y digo yo: “¡vaya coño!; estamos en una crisis de la que no sabemos, como, ni cuando, daremos salido y en vez de ahorrar, como es lo sensato, dejarlas estar quietas y en vez de pensar y decir lo que se dice cuando a uno o a una “se le han ido las cabras” y que es: “ a lo hecho pecho” y si no biberón, nos liamos la manta a la cabeza, y a los acordes del “dale alegría Macarena”, hala, derribando que es gerundio. Ya solo falta que los derribos se hagan con mascletá incluida.

       ¡Que se sepa! ¡Que hay muchos españolitos que necesitan vivienda! ¡Que hay mucho que ahorrar hasta lograr la convergencia! ¡Que no se gana nada reduciendo las viviendas a escombros, aunque hoy, en el colmo de la I+D+ i y de la estupidez productiva, hayamos conseguido la hazaña de vender escombros reciclados!

       ¡Perdón; otra vez abuela!
       Por que cuando se destruía por destruir, o cuando se caía el pan al suelo y quedaba del revés, tu gritabas: ¡esto es un pecado! –También lo digo yo; y añado: además, mortal.

       Pongámonos de acuerdo; ¡no destruyamos; que lo hagan otros! ¡Que la destrucción y las excavaciones dentro de un milenio les vendrán muy bien y darán tarea y servirán para mentar a nuestras respectivas madres.
       Ahí esta lo de Atapuerca y lo bien que lo pasamos; lo de la zona cero de Nueva York, donde ¡sorpresa! a bastante distancia del río Hudson apareció un barco; o más cercano a nosotros, lo que nos distrae la muralla del Parrote.

       ¿Y que queréis que yo diga? Es que no se me ocurre otra cosa. ¿Será tal vez, por que yo, soy hombre de Cruz Roja? y dentro, más que de un orden, del orden, yo, eso de la destrucción, siguiendo la lectura de un “check list”, nunca he llegado a entenderlo.
Yo he visto levantar –eso si- tiendas, carpas, cocinas… instalar depuradoras y hospitales Pero la verdad ni me veo, ni siquiera me imagino dinamitando edificios que no han sido hollados aún por la huella humana, mientras en la jungla urbana, no muy lejos del “festejo”, una joven pareja asomada al borde de la cuna, recrea la fórmula, para pagar la hipoteca. Hipoteca, que cancelará ese mismo retoño y que afecta a las paredes que les dan cobijo.

       Y…si os parece que he estado entre absurdo e insolente, no me toméis muy en serio. Achacarlo a una mezcla de temporal desvarío, por el cabreo derivado de la circunstante situación impuesta y por mi deformación solidaria.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

1 de julio de 2010

CIENTO CINCO TONELADAS

       Durante varios años, bastantes; he tenido ocasión de comprobar el antes y el después de nuestra playa, con noche de San Juan intermedia.
       Comprobación consecuente de mi paso hacia Cruz Roja con la que tenía un compromiso solidario, dos veces a la ida y otras dos a la vuelta en invierno. Y dos veces solamente en verano, por aquello de la jornada intensiva.

       Tengo que confesar que mi cabeza, jamás pudo comprender la compatibilidad entre el tratamiento dado al arenal antes de la “queima”, con los bulldozers trabajando a destajo y quemando euros para extender la arena nueve días antes, y el paisaje asquerosamente desolador, casi lunar de la mañana siguiente, entre cuya inmundicia se revolcaba todavía algún noctámbulo, ajeno a las faenas de limpieza.

       Podéis creerme, que ese día el recorrido de ida lo hacía más ligero, por el coraje que me daba el ver, que nuestro blasón, nuestra mejor propagandista, nuestra playa, era tratada con tal desdén y sin que, a los que la habían disfrutado impunemente, les importara un pimiento.

       Lo que no puedo precisar, es si ese día, la bandera azul ondeaba o se hallaba replegada de vergüenza.

       ¡Si!; pasaron las máquinas, recogieron 105 toneladas de basura e inmundicia, allanaron otra vez la arena; pero, no nos engañemos ¡ la playa ya no es la misma ¡. Ni lo será en lo que queda de verano. Porque la ceniza mezclada con la arena y denunciada por las sombras, y sobre la que no se atreve nadie a tender la toalla, aparece cada poco trecho en forma secuencial a lo largo y ancho del arenal.
       Y con suerte esta suciedad añadida, desaparecerá cuando el flujo y reflujo de las mareas termine de lavarla.
       ¡Que será, cuando nos abandone en septiembre el último bañista!

       Y la limpieza, será solamente de la zona bañada. Porque en el añadido de arena –ese que costó un riñón y que despertó la ira de los ecologistas- hay una franja que la única agua que va a recibir, va a ser la de la lluvia.

       Y sobre los “niños y niñas de papá y de mamá” algunos de incipiente barba ¿Qué podríamos decir?
       Pues tal vez que como están ahítos de todo, no saben como divertirse.
       Que son como niños. Que les entusiasma el fuego, las hogueras, el ruido… Que aprovechan la ocasión para ponerse morados de alcohol y lo que cuadre. Que en vez de recoger los deshechos –llamémosles basura- lo dejan ahí, para que otros lo recojan…

       Noventa y tres viajes hicieron las ambulancias esa noche al Complejo Universitario (Chuac) de La Coruña
       Y que no se diga -políticas aparte- que aquello de la “educación para la ciudadanía” que tantas discrepancias suscitó, no les vendría al pelo a nuestros futuros e inciertos sucesores.

       Yo no sé si sería mucho apretar el torniquete si aventuro que una granja con establo incorporado y abandonado en las afueras en el campo abierto y próximo a la ciudad si sería el marco idóneo para celebrar la fiesta.

       Bueno; al final tenemos lo de siempre. Mientras unos hacen ciudadanía a golpe de tecla, vibrando, plenos de sensibilidad, con lo bueno cuando la ciudad brilla y resplandece y “cabreándose” con lo malo y pernicioso, otros se complacen en su actitud irresponsable y egoísta,

       ¡Y como decían Tip y Coll, otro día hablaremos del gobierno!

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

12 de abril de 2010

SOL
Y
DAR
Y
DAD

       Primeramente el Sol como condición indispensable para que se produzcan los brotes, acaben granado las espigas y puedan brotar las ideas en las mentes de las personas de buena voluntad, que también han de valerse de sus destellos para ver el horizonte en su verdadera perspectiva, repartida entre la grandeza y la miseria.

       Después, concentrar la visión en la partícula Dar, como infinitivo de un verbo lamentablemente muy poco usado, en contraposición con el otro, sugeridor de la acción de “recoger” “acopiar” “acumular” etc., etc.

       Y finalmente hacer una transposición verbal, trasladándonos y personificando al imperativo Dad, que por franca y sincera complacencia, yo quiero transformar en Demos, que es la inexcusable obligación de cualquier mortal entre los que me incluyo, para el ejercicio de la Solidaridad.

       Recuerdo cuando en una colaboración anterior, refiriéndome a la “Expedición Balmis” apuntaba mi calificación de La Coruña como ciudad Filantrópica.

       No voy a dedicar el más leve esfuerzo para rectificar a la baja, aquello que pueda entenderse como desmerecimiento de lo que dije o se derive de lo expuesto entonces. Insisto, en que no hay que hurgar mucho en la superficialidad del tejido social coruñés para hallar ejemplos que nos afirmen en nuestra creencia. Aunque admitamos que la participación ciudadana no sea aún la requerida por las circunstancias; y más en tiempos de crisis y paro laboral en que la precariedad se hace francamente ostensible.

       Pero bueno; redundemos en lo ya sabido en un sano ejercicio de gimnasia solidaria, como quien hace balance de lo que hay, para por defecto más que conocer, reconocer las carencias.
        Está demostrada la participación en este ingente problema social, que tenemos planteado, de las instituciones de Cáritas, Cruz Roja, Cocina Económica, Hogares de Sor Eusebia, Padre Rubinos, Obra de la Señora y otras que se escapan a mi perspicacia, pero que no llegan a cubrir el déficit alimentario de la población en paro.

       Me podéis creer si os digo, que esta crisis para mí tiene un efecto depresivo añadido. Originado por la presencia de un grupo de indigentes que a diario en la acera y ante la puerta de mi casa, esperan a que del Supermercado de uno de los bajos, arrojen a los contenedores para poder recogerlos aquellos perecederos con fecha de caducidad cumplida; en los que a veces, cuando sobra, se haya el pan nuestro de cada día.

       Y yo a la vista de este panorama irresoluble por las vías normales de la lógica matemática y sí parece ser, por las vías de la quiromancia, de la predicción, de la adivinanza, de la confianza… pese a los pilares implantados por Adan Smith y su escuela, los cuales se murieron en la creencia de que lo dejaban todo atado y bien atado, me veo en la situación de aquel que no comprendía como pudieron quitarle los calzoncillos sin quitarle los pantalones.

       A alguien he oído decir que la ciencia de la economía no se hizo para los pobres. Que a estos solo les basta con un sacabocados, para hacer nuevos agujeros en el cinturón.

       Y yo digo, que no tratar de resolver el asunto por el procedimiento de urgencia, es como matar la gallina de los huevos de oro. Primero, esforcémonos en salir del bache. Porque los pobres de hoy pueden ser los inversores o simples compradores de mañana. Así lo han entendido el Grupo de hosteleros de La Coruña, los cuales (80, ya) se han comprometido a dar de comer a gente mayor, creo que por tres o cuatro Euros

       ¿Quién se anima a poner un Eurito diario en manos de un recaudador solvente, aunque no sea más que para que no tengan mis circunstanciales vecinos y los que habrá por ahí adelante, que recoger las sobras del contenedor?

       Y el que pueda más –que los hay- pues mejor y salgamos de una vez de este “dolce far niente” pensando en que Dios proveerá.

       ¡Estamos irremediablemente, condenados al fracaso por los imponderables! De esta vez, el fallo –seguro- será, de la logística.

       ¿Por qué digo esto? Porque estamos en La Coruña “nuestra ciudad” y yo deseo vivir en una ciudad risueña.

       ¡De todas formas, no me hagáis mucho caso! Quizás me he quedado traspuesto después de comer y lo he soñado así.
        De cualquier manera, mañana es domingo y cierra el Supermercado.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

11 de marzo de 2010

TODO SE HA PERDIDO MENOS EL HUMOR

       Posiblemente sea el influjo de la Semana Santa que viene, por lo que nos anticipamos a repetir aquella, de entre las últimas palabras, que en forma de sermón, dicen pronunció Jesús a punto de expirar en la cruz del Gólgota y que fueron: “Todo se ha consumado”

       Y nos referimos a la información y recreación virtual aparecida en prensa, de la sustitución -el acoso vino antes y el derribo se hará después- de las Terrazas de María Pita.

       Para que no haya equívocos, y en mi sana idea de enaltecer a “nuestra ciudad” yo diré que siempre defendí el uso y la permanencia de éstas. A saber:
       • Porque se gastó parece ser que bastante dinero en ellas y no estamos en tiempos de dispendios que aconsejen tirarlas ni de seguir gastando en demoliciones y acarreos.
       • Porque eran prácticas y acogedoras.
       • Porque los parisinos en su Plaza del Louvre, rechazando la malsana ocurrencia esa, de la aldea global, demostraron ser menos aldeanos que nosotros.
       • Y finalmente, porque los estilos arquitectónicos son perfectamente compatibles.

       Yo les diría a los estupendos profesionales y artistas que pululan por la España nuestra, de los cuales Bofill, Busquets, Zaera y alguno más, de los que se allegan a este “corner” atlántico puedan servir de ejemplo, que agradecemos su vista y que nos satisface que estén entre nosotros. Que apreciamos su valía y que los queremos mucho. Por ello, nos deprime que acabado su trabajo y ausentes, puedan ser objeto de críticas o malevolencias.

       Si en La Coruña somos más o menos doscientos cincuenta mil habitantes y los reducimos a ciento cincuenta mil pensantes, excluidos menores, muy mayores e indiferentes, habrá que suponer que setenta y cinco mil estarán de acuerdo y los otros setenta y cinco mil, no lo estarán.
Eso pasó con las “alas de gaviota”; eso pasará con la futura Venecia coruñesa; y eso, sin dudarlo, pasará en breve plazo con las nuevas terrazas. Y a estas me remito.

       Yo le diría al señor arquitecto, que haga un estudio dinámico exhaustivo, de la lluvia de Galicia.
       Y ahora adquiero el tono y la voz del coruñés de la calle y digo:

       -Que aquí, señor, no le es como en Madrid. Que allí llueve de arriba abajo. Aquí el “orballo” le llueve además de abajo arriba, de izquierda a derecha y de derecha izquierda, sin que el paraguas pueda evitarlo

       -¿Recuerda aquello de que el, o lo gallego, no se sabe si sube o si baja?
Pues igualito le pasa con la lluvia. Y no le hay lona que valga como no la enrolle al cuerpo.

       -¿Y si le da por hacer viento?, ¡bueno! esa lona triangular que se muestra en la virtualidad de la foto, horizontal, se enrollará igual que la bandera; se pondrá vertical y ya me dirá usted para que sirve y a quien tapa.

       -Y si le hace el frío húmedo de nuestra tierra gallega, ¡pues bueno! las terrazas serán impracticables; porque la gente, será azotada y barrida por el viento.

       -Y si la foto no nos mintió, la tal terraza parece puramente virtual. Es una sombra sobre el pavimento de la plaza, en contraposición del piso de las de ahora, que nos aísla de la piedra.

       -Y guíese por mí señor arquitecto; que en el verano no nos sirven. Que en verano necesitamos todo el Sol para nosotros; para poder refrescarnos luego en la piscina.

       De lo que se colige que a partir de aquí, el tema, no quedará resuelto ni mucho menos. Pues al arquitecto autor del proyecto, a partir de ahora, aparte de señalarle con el dedo, le acompañará el calvario de no haber satisfecho a la totalidad de los coruñeses. Unos le dirán que sí; otros le dirán que no, pero la verdad del cuento -como dice la canción de la Parrala- solo la conocerá el buen Dios.

       Y guardémonos mucho para que la política no interfiera en la labor técnico-artístico-funcional, porque si no, estamos –él y nosotros- irremediablemente perdidos

       A mí personalmente, al margen de esto último, diré con la nobleza que me caracteriza: no que no me guste el proyecto, ya que de estas cosas hasta que se ven terminadas no se puede decir nada. Volveré la oración por activa y diré que si; pero que me valían perfectamente las que –imitando a Fray Luís de León- “aquí la envidia y mentira” destinan a la escombrera.
       Las cuales cumplían una función y la verdad es que los tiempos actuales de crisis económica y financiera y social y diría más, y de valores, no están para dispendios; y menos aún, para impuestos especiales.

       Ya suele decirse y con razón: “Los experimentos con gaseosa”

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

3 de marzo de 2010

A CUENTO VIENE

       Leía este pasado domingo en la prensa, un reportaje sobre “El Puerto Centro Comercial”, como reciente fallido en la mejora, embellecimiento y dotación de servicios de “nuestra ciudad”. Y debido a que la imaginación camina en ambos sentidos, futuro o pasado, a velocidad vertiginosa, no pude evitar haciendo el recorrido inverso, el recuerdo del antiguo edificio de la Estación Marítima, conocido por muchos como de Aduanas, el cual fue demolido para levantar el actual; el que por cierto lo que tiene de atractivo, se constriñe –a mi parecer- al nombre “Alas de Gaviota”, el cual despierta en nosotros un sentimiento de “enxebre” orgullo de patria chica.

       Vayamos al antiguo edificio alargado y últimamente pintado de verde, el cual nos ayudaba a conservar nuestro espíritu de clase; de ciudadanos unidos al mar, a su mar y que nos permitía ver, sobresaliendo su cubierta, los mástiles, aparejos o chimeneas, de los barcos atracados en los muelles.
       Muros recios; cubierta, es cierto, en mal estado; interior deteriorado por haber servido de almacén tras el traslado de Aduanas, pero conservando la armonía y la nobleza de estilo que corresponde a un edificio portuario como éste, que vio fluir a su través, la sangría migratoria de tantos gallegos-españoles que buscaban en el éxodo la forma de mejorar su condición económico-social. Momentos tan bien captados para la Historia por la cámara fotográfica de Manuel Ferrol y sus contemporáneos.

        Y he aquí, que en sus últimos tiempos, como si tuviera vida y quisiera recuperar su pasado. O como si nosotros temiéramos ser ejecutores de un fatal destino, decidimos darle ocasión de rehabilitarse antes de que la piqueta diera al traste con tanto sueño nostálgico.
       La exposición filatélica Hispano-Americana “EXPAMER 87”, precisamente en la época en la que yo dedicado al coleccionismo ostentaba el cargo de secretario de la Sociedad Filatélica de La Coruña, la cual había asumido la organización, fue la encargada de rehabilitar el antiguo edificio con pinturas, moquetas, mamparas, muebles, y otros elementos decorativos; restituyéndole fugazmente, con la utilidad, su esplendor e importancia.
       Tanto, que tras la celebración de la citada exposición, fue dedicado como tácito Salón de Exposiciones de La Coruña durante unos cuantos años, acogiendo exposiciones de alto “standing”.
       Por su interior totalmente remozado pasaron repetidas Mostras Nacionales de pintura y escultura de UNION-FENOSA, mientras ésta no tuvo a punto su actual edificio. Exposiciones de Anticuarios, de Ingeniería, de Seguridad en el Trabajo, de Arquitectura, de Moda, Salón del Automóvil y otras que venían realizándose en el ruedo del Coliseo, o en la Escuela de Arquitectura de Elviña.

       Y a continuación en cumplimiento del ansia de mejora que late siempre en los corazones de las gentes, vino la demolición para dejar paso al actual edificio del “PUERTO CENTRO COMERCIAL” que dicho sea de paso, no convence a nadie. Hasta el punto, que lo único que goza del favor del público son los cines FILMAX.

       Es cierto, que nacía respaldado bajo un nombre alegórico y por firmas de gran prestigio. Pero también es cierto que hay veces que las cosas no salen bien; concluyendo que lo que sobre el papel, parece gran idea, en la realidad resulta un fiasco.

       Que a lo mejor dados los modernos sistemas de almacenaje, le iría de perilla a la zona portuaria.

       En fin, un soberbio galpón sin estilo definido, construido para cien años por lo menos, que transmite la sensación de que vivimos de espaldas al mar, en el que los negocios no cuajan porque no atrae al público.

       De todas formas, la génesis y todos los detalles sobre el tema, los tiene el periódico La Opinión del domingo 28 de febrero de 2010, en donde Luís Costas, hace un estudio objetivo y detallado.

       Y dándole aún más a la moviola, nos encontramos con la otra primera vez, en que pretendiendo mejorar nuestra ciudad, se mete la pata hasta el corvejón. Y esta fue la destrucción de aquel Hotel Atlántico del relleno, que tanto armonizaba con el Kiosco Alfonso y La Terraza, y que dejó paso al actual mamotreto, nunca mejor dicho, fuera de lugar.

       ¡Ojalá dejemos de seguir empecinados en el error! Porque ¡horror! Soñé que se iniciaba el derribo del Palacio de María Pita, por no armonizar con las Terrazas!

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

8 de febrero de 2010

¡OH! LA POLÍTICA

       En “nuestra ciudad”, y en las miles o millones de ciudades que existen en el Mundo, existen unos funcionarios muy queridos gracias a los cuales podemos dormir con toda tranquilidad. No hace falta estrujarse mucho la cabeza, para adivinar que estos son, los Servidores del orden: los que cuidan de la Sanidad; los Bomberos y otros, a los cuales –digo yo- pagaríamos su sueldo sin pedirles a cambio, ninguna actividad.

       Naturalmente esto se explica porque su actuación no sería necesaria; no habría que enfrentarse a los desórdenes, no se producirían accidentes personales, ni tendríamos incendios lamentables.

       ¿Verdad que pagaríamos muy gustosos y mucho más, si contásemos con la garantía de que no eran necesarios?

       ¡Pues yo aún añadiría algunos más. Y no me tomen por “anarco” -por que yo de eso no tengo nada- si digo que en esa breve relación incluiría también a los políticos.

       ¡Porque es que llevamos unos días… que no son… para desear a nadie! ¡Y es que cuando se ponen a trabajar los políticos, a nosotros no nos queda otro remedio que ponernos a temblar!

       Tomen nota:

--   Que si el chasco de la “re-desvalorización” de la “pensión del cangrejo” con su acompañamiento de aumentos y retenciones.
Y sin la capacidad de poder reunirse y por unanimidad aprobarse un aumento de la pensión.
--   Que si la edad de jubilación a los 67 tacos, de la que El Roto dice en su viñeta: “Nos alargan la vida, pero también nos alargan el trabajo”
--   Que cual será el porvenir –todavía incierto- si la fusión, la fisión, la fundición o la deflagración de las Cajas, donde nosotros cual cándidas palomas ponemos el dinero.
--   Que si el PGOM, del cual ya su onomatopeya es mal sonante; que si patatín que si patatán, que si cuatro alturas, que si alguna más; que si casa nueva o de la antigüedá. Pues si no lo explican, nadie sabe ná.

       Y por supuesto que nadie se de por aludido, porque el que más y el que menos sabe que los políticos aparte de ser necesarios trabajan para nosotros. Con la particularidad de que no pueden contentar a todos en la misma legislatura.
       ¿Pero quiénes si no los políticos con su plantel de funcionarios, coordinan los mercados, los cementerios, la limpieza, las obras públicas, las fiestas populares…? Eso sí como es natural, arrimando el ascua a su sardina.
        Porque para eso están los partidos políticos y si me apuran, para eso está la democracia, que es el triunfo de los más, con el cabreo de los menos.
       Cabreo que a mi juicio debería tomarse deportivamente “…que un cuatrienio no es nada, que es febril la mirada, aunque las nieves del tiempo plateen mi sien”

       Quizás lo que peor llevamos los administrados, es que al compañero de pupitre, con el que compartimos chapas y cromos en la infancia, tengamos que otorgarle una moratoria de saludo y conocimiento mientras dura su mandato. Hacer que no lo conocemos, perdonarle sus silencios y al “volver con la frente marchita…” decirle:
       ¡Hola Manolo ¿qué ha sido de tu vida en este tiempo? ¡Me alegro de verte y ya sabes donde me tienes!

       Vamos a ver; ¿a quién se debe si no a los políticos, que podamos hoy presumir de nuestra ciudad de La Coruña? Seguro que no tendríamos esa formidable cancha que es el Paseo Marítimo, ni la Torre de Hércules sería Patrimonio de la Humanidad, ni el Monte de San Pedro sería un espléndido Mirador, ni la Plaza de Pontevedra sería tan aceptable punto de encuentro.

       Pero claro está; si nos levantan las aceras para dejarlas mejor y tenemos que andar dando saltos para no caer, o nos bajan la pensión para que otro ciudadano hermano nuestro no tenga que recurrir a la Cocina Económica, el pronto, mientras no nos serenamos, es de rebeldía. Pero… al fin y al cabo el que más y el que menos es un regañón solidario. Quizás lo que no acabe de reconfortarle, es por ejemplo, que lo que es objeto de renuncia por su parte, tenga una aplicación dudosa.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

11 de enero de 2010

MEDITACION TRAS LA PASCUA

       Desearía averiguar si la sensación que yo experimento pasadas las Pascuas Navideñas es compartida por alguien más entre el conjunto de mis amigos, e incluso conocidos. Sensación rara, esta mía, la cual sitúo entre el vacío y la frustración. Lo he pensado muchas veces a lo largo de los años sin haber llegado nunca a una clara y terminante conclusión.

       Y el caso es que me sitúo en el pre y comienzo de la Pascua con una inusitada ilusión que poco a poco va desvaneciéndose.
       Por supuesto, lejos de la clasificación de los “snob” o de los “neos” que se llenan la boca para decir: “no me gustan las fiestas Navideñas”; “detesto las bodas”; “me crispan las fiestas”… cuando a mi, en realidad, me agrada todo aquello que viene a alterar la monotonía del diario acontecer por considerar que tales alteraciones son como la sal y la pimienta de la vida.

       Matizando, me gusta la Navidad porque el ambiente se llena de luces, de sonidos, de promesas virtuales y que se completa con la algarabía de la gente que va y viene y que al cruzarse y por un impulso inexplicable no solo te saluda, si no que en un reciproco intercambio, te colma de parabienes.
       Me gustan las bodas porque, empezando por los novios, todo el mundo está contento. Las señoras aprovechan para lucir sus mejores galas. Los caballeros en la actitud del pavo real se muestran orondos y satisfechos de tan grata compañía y porque se cierra el acto con un yantar, generalmente opíparo.
       Aunque quiero señalar que de todas las bodas a las que he asistido la que más me gustó fue la mía; porque después de todo lo antedicho yo tuve la oportunidad de marcharme con la novia.
       Y respecto a las fiestas, decir que me gustan, simplemente porque se anima la calle. Y en La Coruña “nuestra ciudad” lo saben hacer muy bien.
       Viene la gente de fuera, distinta a la que nos encontramos a diario y a la cual se le conoce por que su ritmo es más pausado, al no tener prisa; porque nos espetan la eterna pregunta: “donde se puede comer por aquí y que no sea muy caro”, mientras el estampido de los fuegos y las notas de la gaita que acompaña el desfile de los Cabezudos, nos transportan a un ambiente de relax agradecido y necesario.

       Y volviendo al tema de la Pascua Navideña, decir que esa especie de euforia que me invade al principio, como unos días antes y va en decadencia tras la Nochebuena y Fin de Año hasta disiparse totalmente con los Reyes, quizás se deba a que idealizo a mi modo y en exceso algo que o no interpreto bien, o que excede a mi capacidad de síntesis.

       De ahí, el tremendo vacío que experimento cuando las guirnaldas ya no lucen. Cuando los escaparates por mor de la crisis ya no brillan con intensidad remarcando los artículos de firma. Cuando han descabalgado al Papá Noel que escalaba el Obelisco, Cuando más que atenuarse se ha extinguido la música de ambiente, porque acabada la Pascua, el cliente vuelve a retraerse mientras el fantasma de la SGAE observa vigilante y sinuoso.
       O cuando –para terminar- la climatología adversa no es capaz de rendirse al calor que imprime nuestro estado favorablemente anímico y predispuesto.
       Y lo peor, es que, aún sintiéndolo, ya no repetimos la fórmula tan manida, pero tan bonita del “Felices Pascuas” o del “Feliz Año” que casi recitábamos con idéntica ansia y satisfacción que el que se aligera de una deuda contraída. Y ello, porque… aparte de sentirnos ridículos también las formas y los convencionalismos nos lo imponen.

       Y en estas, pensando en si en la asignatura de la Navidad habré yo dejado algún problema sin solución o, si acaso, alguna de las respuestas del cuestionario habrá quedado incompleta o inconcreta, aplazando así el remate al vacío y frustración en que me hallo estancado. Por lo que vuelvo pacientemente a retirar los adornos, en los que el Belén y el Árbol comparten mi atención y sitio en el velador de la entrada. Donde lo tradicional y lo novedoso me ayudan a seguir hurgando en el misterio. Y pensando con ansia e incierta preocupación, en volver sobre el tema, en un futuro.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

23 de diciembre de 2009

UN GATILLAZO EN LA NOCHE

       Uno, en su juventud, sin dejar de sentir admiración por los núcleos más o menos urbanos por los que transitaba, no omitía este sentimiento por el ambiente y el entorno, de la misma forma que hoy lo vive por su lugar de residencia, que es la ciudad de La Coruña.

       Cierto, que secretamente en aquellos tiempos, también experimentaba una pasión escondida aunque insatisfecha por mor de la geografía, por aquellas bellezas nórdicas, rubias, esbeltas, desafiantes, que dicen… que por el mediterráneo ponían a prueba la virilidad del macho español.
   Que si las suecas, las noruegas, las danesas… según la leyenda urbana, lo ponían fácil a los españoles, pobres “coitadiños” recién salidos de la contienda, e inmersos en un ambiente represor.

       El caso es, que aquella pasión insatisfecha, por aquello de que las “wikingas” se arrimaban al sol que más calentaba, que era el mediterráneo, dio lugar a otra de consolación y dirigida a sus países de origen respectivo.
   Para empezar por Noruega, donde el mismísimo Rey recorría las calles de Oslo en bicicleta para asombro de los ciudadanos del mundo. Suecia, país de pleno empleo y donde el hombre joven tenía todas las opciones a su alcance. Dinamarca, democrática e industrializada donde perduran las tradiciones, entre las cuales la Navidad muy arraigada.

       Y así en esta idea, íbamos creciendo mientras el planeta sin darnos casi cuenta, iba pasito a pasito, no calentándose si no “recalentándose”. Por ejemplo, de aquella boina sobre Madrid, de la cual hablábamos como quien refería una anédocta.
   Boina sobre la cuenca del Ruhr. Boina sobre Detroit. Boina sobre los campos petrolíferos de Oriente, medio y extremo… hasta que al darnos cuenta la boina se convirtió no en una chapela, si no, en un hongo monumental de dióxido de carbono que amenaza con destruirnos y con mandar a la porra a nuestros descendientes en sus generaciones sucesivas.

       ¡¡Un médico!! Por favor… ¿hay un médico en la sala?
   Y allá… a Kioto primero, a Seattle después y finalmente a mi admirada Copenhague, fue, no un médico, si no un consejo de “manciñeiros” como decimos en Galicia, que a sabiendas de cual es la enfermedad de nuestro planeta, se niegan a aplicar la adecuada medicina.

       Y tras el encadenado de irresoluciones, llegamos a una noche, a caballo de Walpurgis y Halloween, en que los ingenuos que esperábamos una mascletá con resultado de apoteosis final, nos hallamos ante un gran fallido; a un solemne y vergonzoso gatillazo.
   Ni Copenhague con su embrujo, ni los Grandes Gurús de la medicina política han sabido, han podido -o vaya usted a saber- si es que no han querido, aplicar el bisturí a fondo. Se han conformado con recetar un analgésico, solamente para ir tirando. Vamos; como al que tiene tos y le rascan la espalda.

       Y el caso es, que el calentamiento global y su consecuencia el cambio climático, aunque sea a plazo –omitimos lo de corto, medio o largo- afectará también a La Coruña y afectará a nuestra descendencia con todos los inconvenientes derivados. br>    Y a la periodicidad de las cosechas. Y subirá el nivel del mar. Y más, de lo peor…

       Y que hay que tomar esto en serio. Y que tenemos que perseverar en el intento, en vez de meter la cabeza bajo el ala, pensando en que a nosotros los mayores, no nos toca.
   Pero sí; nos toca ello y nos toca preguntarnos ¿de que o quien, es victima la humanidad? Y al decir humanidad, nos referimos al ciudadano de a pie; del currito si; del que no se come ni una rosca; del que nace, vive como puede y muere con más pena que gloria; de la persona anónima; del que no ha salido ni saldrá jamás en la revista HOLA.
   ¿Será por culpa de la incompetencia; de la incomprensión; del egoísmo; de la codicia; de los intereses creados…?

       Lo malo va ser que si el planeta sufre un fuerte calentón, o hace “pum” cuando toque, a lo peor es que no se escapa ni el apuntador.
   Por eso, yo desde mi senso solidario y en tiempo de prodigalidad de amor fraterno, por esto de la Navidad, lamento el estruendoso desacuerdo e invoco a Dios para que esos “manciñeiros” puedan resolver, tras convertirse en verdaderos sanadores Político-Económicos.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

9 de diciembre de 2009

       Este comentario escrito por nuestro Compañero en la OCMP Alfonso García López, redactado para leer en la radio en su habitual espacio semanal, no encaja en lo que se espera hallar en Nuestra Ciudad; pero como su mensaje va mucho más allá de nuestros aledaños y su interés trasciende hasta donde haya un corazón Con sentido común, nos sentimos complacidos por la oportunidad de ser solidarios en su difusión.

CON SENTIDO COMÚN

El azar del nacimiento

(Punto Radio-Radio Líder, 9 de diciembre 2009,
Xornal de Galicia 10)

       Sus miradas me persiguen desde hace unos días; percibo en mi interior una combinación de sentimientos como impotencia, tristeza, incertidumbre,...

       Ojos que expresan resignación, sufrimiento y dolor; otros destellan de alegría e ingenuidad; los hay cargados de ternura y esperanza...: una sinfonía, en fin, de expresiones encontradas, que tienen su origen en el comportamiento insolidario, hedonista y caprichoso de seres humanos que miramos para otro lado cuando vemos sufrimiento y privaciones.

       Esas miradas proceden de los ojos de almas como la nuestra, de niños africanos fotografiados por Marcos y María en unas vacaciones comprometidas y solidarias por Senegal. Con sus imágenes pretenden zarandear nuestra conciencia para comprometerla en la ayuda a cualquier niño que sufre, porque el misterio de la vida les hizo nacer allí y no aquí; en un país en guerra y no en un país en paz; donde sufren el abandono de sus padres y no en el seno de una familia estructurada; con enfermedades congénitas difíciles de desterrar; donde los niños son objeto de tráfico despiadado y su valor es inferior al de una mascota; en países que sufren el hambre como una enfermedad incurable,...

       ¿Por qué insondable misterio? -o tal vez ¿por azar?- nuestros niños son Antonio, María, Catalina, Mateo, Jaime, David, Mar.... y no nacieron como Yae, Astu, Kau, Abdalá, Kumba, Mamadú,...

       Marcos y María ceden totalmente los derechos de las fotografías de estos niños a la Fundación Tierra de Hombres, cuyo objetivo es la defensa de los derechos de los niños en cualquier país del mundo: salud y educación, erradicación de la explotación sexual y laboral de los niños, lucha contra el tráfico de niños (en África se puede comprar un niño por 20 euros, así de descarnada es la realidad).

       Con nuestra ayuda, algunos de estos niños podrán recuperar la vista, revivir con un corazón nuevo, volver a caminar y a jugar, recibir una educación elemental que los redima de la miseria a ellos y a sus descendientes,....

       Visitad las webs de Marcos y María (www.mmweb.com) y la de Tierra de Hombres, o acudid a la sede de la Asociación de Amigos de Museos de Galicia en La Coruña. La sonrisa de los niños africanos será invitación a visitarlos y expresión de agradecimiento por nuestra ayuda.

       ¿Por qué Nanami, David, Ayana, Jaime y Catalina no son Yae, Mamadú, Asta, Abdalá y Kumbe?

* * *

13 de septiembre de 2009

LA CORUÑA CIUDAD FILANTRÓPICA

       Obvio es decirles que en el año 1803 yo no estaba allí; o para no perderme en la semántica, mejor decir, que yo no estaba aquí, a donde llegué desnudo ciento veintitrés años después, para poder estar en un día brumoso de noviembre del recientemente pasado año 2003, en el mirador noroeste de la Casa del Hombre, conmemorando el Bi-Centenario de la Expedición Filantrópica de la Vacuna de la Viruela en América y Filipinas. Denominada también para simplificar: “Expedición Balmis”

      Como quiera que nuestra ciudad además de filantrópica es agradecida ha levantado en la terraza de dicho mirador –cosa que a muchos coruñeses, pasará desapercibida- diez y ocho pilares sencillos pero enhiestos, cada uno, con la placa del respectivo nombre, de los niños procedentes de la Casa de Expósitos de La Coruña, inoculados con un debilitado virus de la viruela, para ser transportado éste a Ultramar.

       Esta empresa eminentemente social y científica, partió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803, en la goleta María Pita, bajo el mando del Capitán de Fragata D. Pedro del Barco y dirigida por los doctores Francisco Javier Balmis y Berenguer –alicantino- y el médico Titular de la ciudad de La Coruña y director de la Sala de Vacunación del Hospital de la Caridad –fundado en 1791 por Teresa Herrera- Vicente Antonio Posse Roybanes.
       Esta tenía como objetivo, introducir la vacuna de la Viruela en América y Asia, donde dicha enfermedad, llevada a principios del siglo XVI por los conquistadores españoles, ejercía sobre la población indígena, efectos catastróficos.

       Hay que decir que los anales de la Medicina, en un alarde de objetividad nos dicen que “aquel acto constituye uno de los acontecimientos de mayor transcendencia en la historia de la Salud Pública mundial y representa uno de los ejemplos más nítidos y contundentes de la puesta en práctica de los ideales de la Ilustración. Además, muchos de los episodios relacionados con ella tienen un carácter casi heroico, lo que la hace acreedora de un incuestionable interés humano. La expedición fue también una gran aventura, ya que los expedicionarios sufrieron numerosas penalidades, pusieron su vida en peligro en multitud de ocasiones y tuvieron que superar escollos culturales y políticos”

      Hubo otros protagonistas destacados en esta empresa, como la Rectora de la Casa de Expósitos Isabel Gandalla –aquí existen dudas en su verdadera filiación: Isabel Zendalla y Gómez o Ysabel Gómes Sandalla según los escritos de Balmis- que fue entre los miembros de la expedición, la más significativa; quizás por ser responsable de los niños a su cargo.
        Precisamente con motivo del cambio de nombres de calles, provocados por la ley de la Memoria Histórica, aparecía estos días en la prensa el nombre de la Rectora como beneficiada con una calle por dicho cambio.
       Y por supuesto los diez y ocho niños que llevaron el virus vivo hasta América, transportado mediante la técnica de variolización, o sea de inoculación brazo a brazo.

       No solamente llevaron la vacuna a Puerto Rico, Venezuela, Cuba, México, Guatemala, Colombia, Perú y Argentina, sino que en Asia vacunaron en las Islas Filipinas, Macao y China.
       A la empresa Américo-Asiática, se unieron los facultativos José Salvany y Llopart, destacado médico militar, Manuel Julián Grajales y Antonio Gutiérrez López y Robledo, acompañados de los practicantes Rafael Lozano Pérez y Francisco Pastor y Balmis, mas los enfermeros Basilio Bolaños, Ángel Crespo, Pedro Ortega y Antonio Pastor.
       Además de los marinos encargados de la difícil navegación.

       Volviendo al acto del Bicentenario tenemos que decir que aquella reunión organizada por la Casa de las Ciencias, supuso una expresión de merecido reconocimiento a quienes se entregaron denodada y desinteresadamente a los ensayos científicos reseñados. Reconocimiento íntimamente sentido y respaldado por las autoridades del estado, autonómicas y municipales, representaciones civiles y amigos de la Casa de las Ciencias, allí presentes.

       Entre los asistentes se hallaban con nosotros la entonces ministra de Sanidad, Ana Pastor, y Manuel Elkin Patarroyo, reputado profesor colombiano e investigador de la vacuna sintética contra la Malaria, con quien degustando una copa de vino, tuve el placer de departir largo rato; lo cual vino a sumarse al acto de homenaje y que, en la perspectiva que nos ofrece el tiempo, nos colma de nostalgia y orgullo.

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

23 de agosto de 2009

UN VIAJE AL FUTURO:
El Puerto Exterior de La Coruña.

Foto cedida por la Autoridad Portuaria

Visita guiada a
Nuevas Instalaciones Portuarias
de Punta Langosteira.

       La Autoridad Portuaria anunció visitas guiadas y tras anotarnos –el plural no es mayestático, me acompañaba mi hermano- nos dieron unas fechas a escoger. Escogimos la de este sábado y allá nos fuimos medio centenar de curiosos en un bus que salió a las 11:00 de la Sede portuaria y que nos dejó de vuelta a las 13:00 tras una hora de extensa, animada, distendida y detallada descripción del Proyecto, del estado de las obras, del futuro espacio portuario y de los usos previstos.

       Fue una exposición tan exenta de tecnicismos, tan adaptada a la finalidad de informar a los visitantes, que hasta un nutrido grupo de señoras sin aspecto de dominar técnicas afines a la ingeniería ni a la gestión portuaria aguantó a pie firme y con cara complaciente la horita que duró la charla.
       El aparejador-guía nos detalló el Proyecto de la A a la Z: El por qué, el cómo y el cuándo.

       De todos era conocida gran parte del por qué, pero nuevos datos nos han confirmado, más si cabe, en la urgente necesidad de embarcarse ya en la escalofriante inversión que requiere esta colosal obra. Porque decir colosal no es hipérbole ni está para componer una figura retórica: Se van a utilizar más de 3,5 millones de metros cúbicos de hormigón, algo así como el volumen que necesitaron para construir las Torres Petronas, en Kuala Lumpur. Pero son colosales todos los datos que en esta obra –que se ha erigido, por los retos técnicos que el proyecto acumula, en referente mundial de la ingeniería de puertos- se reseñan:
       El dique exterior –muy avanzada su construcción de primera fase- medirá más de 3,3 km.
       A vista de pájaro vemos dos plantas de hormigón fabricando bloques de diferentes tipos para distintas finalidades: una planta está separada de la otra algo así como diez campos de fútbol.
       Se ven –eso de se ven es porque nos han entregado como obsequio necesario para la visita unos muy útiles prismáticos- allá hacia el final de las obras actuales del dique exterior cuatro grandes grúas. ¿Cómo de grandes?, pues la más pequeña, enana comparada con la mayor de las otras tres, es la que en Madrid sirvió para desmantelar –tras el incendio- el Edificio Windsor, que tenía más de 100 metros y unas treinta y pico plantas, y la más grande de las cuatro puede colocar en una de las porterías del estadio de Riazor un bloque de 150 toneladas estando ella anclada en la otra portería -fue hecha para esta obra y se dice que es la más grande del mundo mundial; quizás exageren, o no.
       También fueron construidas ad hoc dos de las grúas pórtico de la planta de hormigón de los bloques de 150 toneladas; porque hasta ahora nadie se había metido en tales berenjenales.

       Ya puestos en medidas y tamaños, supimos el cómo se va llevar a cabo el Proyecto: Para los rellenos submarinos de los diques –nos ha explicado su formación, los diversos materiales que los componen, los grados de sus taludes exterior e interior, sus calados…- y explanadas se utilizarán los desmontes de las laderas de las colinas circundantes, desmontes que se transformarán en superficies a ser ocupadas por las empresas de actividades portuarias que ya ahora están reservando sus emplazamientos futuros; para esos rellenos –efectuados por gánguiles de fondo de compuerta que se sitúan sobre el punto de descarga con la exactitud que le otorga un GPS- necesitarán una enorme cantidad de moles de granito y piedras más pequeñas que van obteniendo de una extensa planta de áridos que han abierto a un tiro de piedra del pie de obra. O sea que son casi autosuficientes; les falta fabricar el cemento. Al tiempo.

       Y el cuándo quedó muy claro cuando el speaker nos dijo que las obras están en números, es decir están al día, no hay retrasos; que en el 2013, finito.

       Pues muy bien, para allá vamos. Lo están haciendo a marchas forzadas.
     Ojalá los inesperados previstos no entorpezcan el actual ritmo. Lo que no nos dijo es que esas marchas forzadas nos llevan inexorablemente al encuentro de ese Futuro que ya tenemos ahí, al alcance de la mano; será entonces cuando podamos meternos en las rutas comerciales marítimas de alta velocidad de entrega, las autopistas del mar. Cuando un contenedor de cuarenta pies salga de Sabón y una semana más tarde esté descargando en destino, en el Norte de Europa, a céntimos de euro el kilo. Exportadores que yo me sé se van a partir de risa; y nosotros con ellos.
       Si para entonces no tuviésemos este Puerto Exterior nos estaríamos enfrentando al Futuro montados en patinete.

Eduardo García Prieto
Alférez Mayor de la OCMP

* * *

31 de julio de 2009

ITINERARIOS CORUÑESES

       Empiezan las vacaciones; las disfrutaremos aquí o allá, solos o en familia, con forasteros invitados o tranquilamente. Tiempo para el descanso, para el sosiego, para detener nuestros pasos y encontrar la tan necesaria paz.
     Ahora que dispones de tiempo y compañía, te recomiendo algunos itinerarios por nuestra ciudad, todos ellos saludables para el alma.

      Lúdico-deportivo. Cualquier lugar del Paseo Marítimo es bueno para iniciarlo; el ideal es la proximidad al mar: sol, aire, salitre y algas. Sin embargo, quien busque la soledad deberá escoger la acera.

    Antidepresivo, o ruta del agua. Una primera meditación en la fuente de los surfistas -frente al Hotel María Pita-, mirando y oyendo el agua, pensando que el cuerpo es flexible, como el del surfista. Plaza de Portugal: Fuente de las Gaviotas; sus agradables jardines permiten andar sin perder de vista esas ingrávidas aves que parecen suspendidas del aire; imagina que tu cuerpo es tan leve como el de ellas, que flotas en el aire, que levitas y, sobre todo, escucha con atención el murmullo del agua. Estanque, siempre apacible, del Obelisco Milleninun: no te detengas, simplemente observa al pasar el agua tranquila del estanque y coge fuerza para emprender la subida que te conducirá hasta el ascensor del Monte San Pedro. Ya estás ante la cascada de agua que desciende ruidosa entre los raíles del ascensor; siéntate en el parapeto que hay enfrente, mira y escucha el agua que golpea en las rocas para contagiar tu ánimo con su fuerza; cierra los ojos, respira profundamente, déjate poseer por el viento y el salitre que vienen del mar por tu espalda.

      La bola-ascensor te mostrará un magnífico panorama de agua y luz; actúa como un vigía (el Monte San Pedro es conocido también como Monte Vigía), busca en el horizonte lo que te falte, allí estará. Ahora piérdete por los caminos que rodean el monte y trota descalzo por el abundante y tupido césped del Parque, puedo asegurarte que es muy saludable.
     Una última mirada al mar y desciende por la Carretera de los Fuertes, optimista, alegre, sin pensar, simplemente, respirando.

      Romántico-melancólico. Encontrarás la paz en la Ciudad Vieja: Jardín de San Carlos, calle Tinajas, Plaza de Santo Domingo; vuelve sobre tus pasos para salir a los jardines de La Maestranza, contiguos al Rectorado de la Universidad y detén tus pasos ante los restos del Convento de los Franciscanos: solo ante tus recuerdos, ante la historia y ante el mar que tantas cosas evoca y sugiere.
  Retorna a la Ciudad a través del Arco próximo al Colegio de los Dominicos para acceder enseguida a la Plazuela de las Bárbaras, almacén de historia, nostalgias, sugerencias, recuerdos,...
   Deambula por las estrechas, silenciosas y generalmente desiertas calles del entorno hasta llegar a la Plaza de Azcárraga. Y, ya de retirada, rodea la iglesia de Santiago y, si lo crees necesario o conveniente, entra: cierra los ojos y piensa o, simplemente, reza agradecido por los recuerdos que conservas y has rememorado en este corto paseo. Y recuerda que siempre podrás volver a La Ciudad.

     Excursión. Al Portiño: paseo marítimo adelante, coraza, Esclavas, San Roque, Obelisco, ladera del Monte de San Pedro y, todo seguido, hasta el Portiño –si el cuerpo te lo permite, puedes acercarte hasta la Refinería, siguiendo el camino de la costa y volver sobre tus pasos. Luego hay que subir hasta las proximidades del Lugar de Loureiro y ya descender a la civilización -Ronda de Outeiro, Avenida Gran Canaria, Manuel Murguía,.....

       Histórica. Consiste en adivinar el recorrido de las antiguas murallas que fortificaban la Ciudad Vieja y detenerse en los edificios más singulares: iglesias de Santiago y Santa María, Santo Domingo, Plaza de las Bárbaras, Casa de María Pita, casa Cornide, Capitanía, Gobierno Militar, Casa Museo de la Pardo Bazán, Iglesia de la Orden Tercera, Iglesia de Santo Domingo, .....

       Sorpresiva. Ciudad Vieja, Pescadería y Ensanche serán los barrios en los que podrás sorprenderte, si sabes mirar para ver y descubrir detalles en los que no habías reparado. Yo sólo te sugiero algunos de ellos: la veleta del Museo Militar, frontispicio del Convento de las Bárbaras, los mascarones de proa del Edificio Rey en Puerta Real o de la Casa Arambillet en la Plaza de Lugo, la fuente de la Plazuela de Santo Domingo, el escudo de La Coruña en el número 8 de la calle Santiago, llamadores en portales de María Pita y Riego de Agua, detalles de las galerías, azulejos, el dragón de la Fuente de Santa Catalina que vomita agua desde hace más de dos siglos…. ; tú, lector, descubrirás otros muchos detalles; lleva siempre la mirada atenta y levantada.

Alfonso García López
Caballero de la OCMP

Tomado de mi próxima publicación:
Calles con historia: historias de las calles de La Coruña

* * *

14 de julio de 2009

QUE MAS SE PUEDE PEDIR…

      Nuestra ciudad de La Coruña, nuestra amante, la que nos tiene embelesados, presenta en su conjunto múltiples facetas. Todas ellas, asemejando las caras de un diamante, en el que no es posible discernir cual de todas es la mejor o la mas bella.

       Por ello, podemos decir:

     Es cómoda por que está muy concentrada y se recorre fácilmente en sus varias direcciones. Es bonita porque el mar que la baña sobrepasando el istmo en ambas direcciones, genera una sensación de espontáneo brote urbano entre las aguas. Es interesante, porque está cimentada por un importante capítulo de Historia, pasto de investigadores y estudiosos. Es amigable por que sus gentes lo son, pese a los tópicos que estoicamente arrastran -arrastramos- los gallegos. Es de clima soportable, porque salvada la humedad artífice de nuestra escenografía, no se registran cambios notables de temperatura.

     Y aún más… pero para finalizar, añadiremos, que mientras en el centro y sur de la península se tuestan vuelta y vuelta al sol de la canícula, los oriundos nosotros, acostumbrados a nuestras humedades y a nuestras sombras, que son a la vez nuestros gozos -al decir de Torrente Ballester- nos recreamos en el sueño, o sueños, bajo una fina mantita reservada para el caso.

     Invento éste no registrado todavía, pero que gustamos de ofrecer desinteresados a los foráneos ocasionales que nos visitan. Porque los de casa, los que acuden en época de estío al reencuentro familiar tras prolongada ausencia, se lo saben de memoria.

      Por eso, La Coruña al margen de cualquier lema o reclamo publicitario, es tal como se ve y como se siente. Apetecible y sencilla. Agradecida y obsequiosa.

     Fuera coincidencias, el reciente nombramiento por la UNESCO de la coruñesa Torre de Hércules Patrimonio de la Humanidad, no es más que una mera e importante circunstancia que añadir al currículum que la ciudad ostenta.

     Al que venga por que estaba ya en sus planes, bienvenido sea. Al que aún no había planificado su viaje, que sepa que aparte de lo señalado hay mucho para ver y disfrutar en esta esquina del mapa convertida en un remanso; que empieza por amansar las inclemencias del tiempo, para brindar casi a la carta, una estancia apacible.

     Quizás sean los meteorologos los más escépticos; los que basados en una larga tradición “ante-cambio climático“, sigan prediciéndonos contratiempos y lluvias tormentosas donde solo hay nublados que acaban por disiparse.

      Mientras, nos adherimos a la canción popular dedicada a La Coruña, que en su estribillo nos dice: “Que más se puede pediir , que vivir en La Coruñaa…

Antonio Abeijón Fábregas
Caballero de la OCMP

* * *

21 de mayo de 2009

El monumento a María Pita

El monumento conmemorativo de la gesta de María Mayor Fernández de la Cámara Pita tiene su origen en un proyecto muy antiguo, que fue recuperado del olvido a finales del pasado siglo.
A finales del siglo XIX, concretamente en el año 1890, el Marqués de Algara de Gres, recogiendo el sentir de la ciudad, convocó a su costa un concurso con el título Boceto escultórico o pictórico de monumento a Mayor Fernández da Cámara Pita. Se presentaron cuatro bocetos y resultó ganador el realizado en barro por José González Jiménez, académico de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y Profesor de la Escuela Provincial de Bellas Artes de La Coruña. El monumento tenía las siguientes características:
     • 15 metros de alto (hasta la punta de la pica de la lanza) y doce metros de ancho en tierra.
     • Cuatro cuerpos. En el primero, en cada uno de sus cuatro costados llevaría, en bronce: la llegada de la flota inglesa a puerto; la lucha por la conquista de La Pescadería, Hospital de San Andrés e Iglesia; los trabajos del pueblo coruñés para fortificar la Ciudad Vieja y el asalto final, que tuvo lugar el día 14 de mayo de 1589.
El monumento remataría con un grupo escultórico en bronce, en el que María Pita aparecería blandiendo una lanza y en actitud de pasar por encima del cuerpo de su esposo herido de muerte.
          • La base estaría protegida por un cierre de piedra y metal.
          • Se ubicaría en el centro de la plaza de María Pita.
          • La ejecución del conjunto se presupuestaba en la cantidad de doscientas mil pesetas.
Los organizadores del proyecto se perdieron en un sinfín de trámites, opiniones y autorizaciones; la idea se convertiría en realidad con un siglo de retraso, respetando en gran parte aquel proyecto.
Quienes tengan interés en conocer más detalles de este proyecto, pueden consultar la obra Homenaje a La Coruña. Memoria para erigir un monumento en esta capital a la heroína Mayor Fernández da Cámara Pita, de Andrés Martínez Salazar, publicada en 1881. Andrés Martínez Salazar (1846-1923), astorgano de nacimiento y coruñés por elección, fue el primer Cronista Oficial de La Coruña, Director del Archivo Histórico del Reino (Regional, en su época) de Galicia y Presidente de la Real Academia Gallega.

Alfonso García López
Caballero de la OCMP

* * *

11 de mayo de 2009

LA FUNCIÓN DEL VOTO

Es posible que haya coruñeses que desconozcan el significado y origen de la Función del Voto a Nuestra Señora del Rosario, rememorada, un año más, el pasado día 10 de mayo, que contó con la colaboración ineludible de la Orden de Caballeros de María Pita.

Durante el asedio a la ciudad por el pirata Drake en mayo de 1589, la población solicitó el auxilio de Nuestra Señora del Rosario y, al no poder cumplir el corsario su propósito de tomar la ciudad, se consolidó aquélla como patrona, en sustitución de la Virgen de los Dolores (ésta a su vez había sustituido a San Juan).

Todos los años, desde 1589, La Coruña cumple ante su patrona Nuestra Señora del Rosario la promesa formulada por un grupo de vecinos en mayo de aquel año, si las hordas inglesas no lograban adueñarse de la ciudad.

La promesa consistía en celebrar anualmente una fiesta en honor de la Virgen del Rosario, dotar a quince doncellas con veinte ducados a cada una, atender a los pobres de la ciudad y hacer una procesión conmemorativa. Este voto obligaba sólo a quienes lo formularon entonces y a quienes, en lo sucesivo, lo asumieran; tenía carácter penitencial y la Cofradía de la Virgen lo vino celebrando en la Iglesia de Santo Domingo. La Corporación Municipal formuló otro voto, el de la ciudad, que tendría carácter solemne y procesional; se celebró inicialmente en la Iglesia de Santiago y posteriormente, durante 130 años ininterrumpidos, en la de San Jorge.

A partir del año 1969 se decidió trasladar la Función del Voto al Convento de Santo Domingo.

María Pita fue protagonista principal en aquel mayo lejano, pero no podemos olvidar al Marqués de Cerralbo –entonces Capitán General de Galicia-, a los capitanes Troncoso y Varela, a Cristóbal Díaz y,...., en fin, a tantos coruñeses anónimos que combatieron hasta la muerte por defender a su ciudad.

Quienes tengan curiosidad por este tema podrán encontrar cumplidas explicaciones en el artículo El Voto de la Virgen del Rosario, firmado por Manuel Rodríguez Maneiro, publicado en la revista Marineda en agosto de 1996.

Alfonso García López
Caballero Electo de la OCMP

* * *

19 de febrero de 2009

EL YACIMIENTO DEL CALLEJÓN DE AGAR

Estimados amigos, ¿hace mucho que no pasáis por el callejón de Agar? Como sabéis, en esta pequeña calle coruñesa que comunica el Riego de Agua con la Marina, está instalada una edificación singular: la casa o pazo de Agar, construida en la segunda mitad del siglo XVIII para Casa de la Aduana y que lleva el número 1 de la calle Real.
Al lado, en lo que hoy es el edificio del Teatro Rosalía y de la Diputación, existió una iglesia con su cementerio anexo. La parroquia de San Jorge de la Pescadería fue levantada a comienzos del siglo XVII y se supone que su nombre se debe a la devoción de los navegantes ingleses llegados a nuestra ciudad y por extensión a todos los habitantes coruñeses relacionados con la mar.
Pues bien, desde hace un par de años, la Concejalía de Medio Ambiente –que casualmente tiene su sede en dicho pazo de Agar- ha querido “soterrar” los contenedores de recogida de residuos orgánicos e inorgánicos, en varios puntos de la Pescadería, eligiendo como uno de ellos el mencionado callejón de Agar. Como era de esperar, nada mas excavar en la zona, han aparecido restos humanos procedentes de aquellos enterramientos. El Concello ha aprovechado aquellos hallazgos junto con otros anteriores para realizar una pequeña exposición sobre los posibles pobladores de A Coruña en aquellos años y tiene previsto dejar “in situ” los restos arqueológicos aparecidos. Llegado el momento y como es preceptivo, han tomado cartas en el asunto los servicios de Patrimonio de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia.
Pero aquí está el problema. Sea por unos o por otros, las obras llevan paradas mas de 12 meses y aquello se ha convertido en un basurero impropio de una zona de paseo tan céntrica.
¿Será tan difícil la comunicación entre dos Administraciones, para que un yacimiento tan pequeño, tarde años en acondicionarse?

Vicente Iglesias Martelo
Maestre de la OCMP

 

 

Volver a la página principal

 

Real Orden