JUEGOS FLORALES
XXII JUEGOS FLORALES
MARÍA PITA 2013
PREMIO EN CATEGORÍA SENIOR
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ROSALÍA Y LAS PEQUEÑAS COSAS
por Ángela Fernández Pérez
Flotando en el aire, las pequeñas cosas bordan los linos de la casa como gotas bailarinas. Vuelan y hacen equilibrios sobre los brotes nuevos de tantas primaveras caídas al regazo de tu tierra como lluvia de orballo. Desde la ventana, tu mirada se libera de sus severos barrotes para perderse de fuera a dentro, de dentro a fuera. Regresa la mirada y escudriña por los laberintos del tiempo, paisaje y lamentos se amasa con arcilla de letras. Una luz de estrellas apagadas los caminos del pasado ilumina y entonces tú los resucitas: hay niños sin crecer y flores no marchitas, hay campos sin arar y ojos aún sin lluvia. Pero un lento caracol su rastro de barniz pegajoso deja sobre tu vendimia: surcos arañados a la tierra, por simiente de pobres con cicatrices abiertas... palabras, palabras como soles de justicia. En tu azul, una bruma despierta pequeñas sugerencias de pompa en suspensión. Luz de un instante-atardecer que en las entrañas rompe. Es la sangre que fluye como el mar, al vello pone firme el viento, el corazón que tiembla al son de las mareas, al grito de las olas, al dictado de las tormentas. Tus plantas mínimas, Rosalía, rosas destilan en carne viva. Heridas abiertas. Como espinas que hieren, como cruces a cuestas. Mujer cántaro, de ríos y de fuentes, de pequeños arroyos, de cosas pequeñas. Tantas veces agua llevaste sin romper tu barro. tantas veces de beber ofreciste sin tu voz secarse. Pecho de madre, mieles de leche, los húmedos adioses amamanta de los partieron, hieles. Los que soñaban en verde y las campanas aún sentían al despeñarse por el horizonte. Rosalía, desde tu ventana, de horas desgranas los días, moliendo los minutos, los instantes horneando con manos de fuego y susurros de sombra. Regresas tu mirada al lecho, y en el hogar acunas con nanas de soledades. Riegas flores de papel con agua de nostalgia. Los huecos de la ausencia, de la injusticia las grietas, del pobre las heridas, con las gotas bailarinas de tu rumor de agua mansa, patria de desheredados, cantas. |
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